Si las religiones y mitologías de los antiguos pueblos indoeuropeos reservaban sus respectivos paraísos de ultratumba (Campos Elíseos, Olimpo, Walhalla,…) tan sólo para una minoría (héroes, guerreros muertos en combate, personas que habían conseguido altas cotas de realización interior,…), otras religiones surgidas en épocas más tardías, tal como el cristianismo, prometieron el Cielo para prácticamente todos los creyentes.
Únicamente con el cumplimiento de una serie de ritos –desprovistos de poder real de transformación interna del practicante-, ceremonias, preceptos y dogmas morales se aseguraba –y se asegura- la vida eterna celestial. Ésta, de acuerdo con tales requisitos, está al alcance de todos. La mayoría puede acceder a ella sin demasiados sacrificios, méritos ni cualificaciones innatas. Es de fácil acceso para la generalidad de la comunidad creyente. Queda, pues, democratizada su consecución, en total contraste, por el contrario, con el carácter elitista, selectivo, minoritario y aristocrático que tenía en las religiones y mitologías de los antiguos pueblos indoeuropeos.
Las alteraciones que sufrió el budismo de los orígenes (fijado en el canon pali), que en un principio era exclusivamente una vía iniciática -una doctrina esotérica- que perseguía, como estadio último, el Despertar o Iluminación, las alteraciones, señalábamos, que sufrió al convertirse en religión, al masificarse, al degenerar en formas exotéricas y populares acabaron originando doctrinas como la de la reencarnación. Asimismo la incomprensión que, con el discurrir del tiempo, sufrieron ciertas enseñanzas de los textos védicos también acarreó en el hinduismo –como religión- la creencia popular en la reencarnación.
Estas distorsiones padecidas por los mencionados textos sapienciales originarios llegaron a su paroxismo cuando en el siglo XIX empezaron a ser introducidas en Occidente de la mano de personajes como Elena Petrovna Blavastky y de corrientes antitradicionales como la del teosofismo por ella fundado.
Los teosofistas le dieron a esta, ya de por sí, adulteración que supone el reencarnacionismo un carácter progresista. Sí, no podía ser de otra manera en unos tiempos en los que la quimera del progreso indefinido (tan indisociable al intríngulis del mundo moderno) se había, ya por entonces, convertido en dogma incontestable y en pilar básico de cualquier corriente filosófica, doctrina social, económica o política que pretendiera tener repercusión y/o triunfar en los tiempos deletéreos que corrían.
Así pues, de acuerdo a este planteamiento progresista, tras la muerte cada individuo se reencarnaba en otro de superior cualificación espiritual. Así sucedería una y otra vez hasta llegar al más alto escalafón de perfección que conduciría al nirvana y, ¡cómo no!, a la iluminación. Éste sería el camino que seguirían, a pocos méritos que hiciesen, todos los seres humanos. Se vuelve de nuevo a la ya apuntada democratización de los más altos logros metafísicos a los que la persona puede aspirar.
Como hemos indicado al inicio de este escrito estos postulados nada tienen en común (es más, se hallan en sus antípodas) con las creencias de las antiguas religiosidades del mundo indoeuropeo. Para así corroborarlo podemos recordar que para la mayoría de los hombres (que no habían tenido una existencia más que vulgar y arrastrada por las leyes del devenir y de lo perecedero), para la mayoría, decíamos, de ellos tras la muerte esperaba una especie de existencia larvaria en la que cualquier atisbo de conciencia desaparecería. Esta especie de existencia larvaria acontecía en lo que los griegos denominaban el Hades o los nórdico-germánicos el Niflheim.
Hasta aquí hemos hablado básicamente de creencias y, en este terreno, nos hemos tenido que circunscribir al marco estrictamente religioso, pero si en lugar de creencias quisiésemos hablar de certidumbres deberíamos recurrir a lo que nos enseñan los textos sagrados sapienciales, esotéricos y/o metafísicos, pues es en éstos en los que se refleja el Saber de la Tradición Primordial; gracias a que a ellos dicho Saber llegó a través de una cadena regular iniciática ininterrumpida –el conocido como ´cordón dorado´- a lo largo del devenir de los tiempos.
En algunos de estos textos se nos explica con detalle qué es lo que realmente sucede tras la muerte física y como resulta que sobre ello ya escribimos algo en un ensayo anterior titulado “José Antonio y Evola”, vamos a reproducir la mayor parte de lo que entonces expusimos y que hace referencia explícita a “la idea que sobre la inmortalidad defiende Evola cuando habla en el capítulo titulado ´Las dos vías de la ultratumba’ de su obra Rebelión contra el mundo moderno’ (1), de que tras la muerte física son dos las vías que se le presentan al fallecido: una sería la ´vía de los antepasados’ o pitra-yana y la otra sería la ´vía de los dioses’ o deva-yana (términos de la tradición hindú). La primera de ellas sería el destino de la mayoría de los individuos cuya existencia no pasó nunca de ser la del hombre vulgar, esclavo del devenir y que consistiría en la disolución de las fuerzas y energías sutiles que hicieron posible la vida de dichos individuos (puesto que se hallan en el origen del funcionamiento de su entramado psíquico-físico),su disolución, apuntábamos, en la descendencia de su mismo clan, gens, sippe o zadruga (2) pasando a formar parte (dichas fuerzas o energías) del genio, manes, tótem, demon o dáimon que confiere la peculiaridad y el impulso particular que caracterizan al mencionado clan. Esta vía, en realidad, no supone la inmortalidad del individuo, pues éste (o, mejor dicho, ´sus’ fuerzas o energías sutiles) vuelve a reintegrarse en la corriente del mundo manifestado, del mundo del devenir y del continuo fluir. La segunda de las vías, la de los dioses, sí que supone la verdadera inmortalidad de la persona que en su existencia terrena supo desligarse de todo aquello que condiciona al individuo y experimentó una auténtica transubstanciación o transfiguración que espiritualizó su alma liberada de ataduras y la logró hacer compartir la Esencia Suprema de aquel Principio Superior, metafísico y suprasensorial que se halla en el origen del Cosmos manifestado. Por lo que, tras el óbito, si no antes, el Yo Superior o el Alma Espiritualizada de la persona habrá conquistado la inmortalidad, la eternidad y habrá escapado de la cadena de transmutaciones y cambios que son propios de la manifestación. Sólo unos pocos, sólo una minoría conquistará el ´paraíso´; logro, pues, de carácter aristocrático y nada democrático.”
Lo apuntado en esta cita al respecto de la ´vía de los dioses’ o deva-yana lo podemos –y debemos- ampliar con lo que otros textos Tradicionales como “El libro egipcio de los muertos” o “El libro tibetano de la muerte” (o Bardo Thödol) (3) nos exponen. Así pues, de acuerdo con lo que se puede leer en este último, la persona que, tras un arduo y riguroso proceso iniciático (4), hubiese llegado al Despertar durante su existencia terrena se hallaría con que, tras la muerte física, su Alma Espiritualizada se ´toparía’ con lo Incondicionado, con el Principio Supremo, con lo Trascendente, con lo Absoluto indefinible e imperecedero que se encuentra en el origen de todo el proceso de la manifestación cósmica: con el No-Ser descrito por una determinada metafísica. Se ´toparía’ con el Principio Primero y al haberlo –en vida- Conocido, experimentado y haberse fundido en uno con Él lo reconocería como de su misma esencia y se integraría en Él.
Si, a lo largo de la existencia finita, la vía que lleva a la Iluminación no se hubiera completado totalmente el Yo o Conciencia Superior de la persona fallecida puede (dependiendo del grado en que no hubiese recorrido todo el camino iniciático de transfiguración interior) experimentar las siguientes situaciones de ultratumba:
– Ante lo sobrecogedor que le resulta la contemplación del No-Ser, del Vacío ilimitado, de la inmensidad sin forma y sin delimitación de un Principio en el que no hallará ningún soporte ni ninguna referencia inherentes al mundo manifestado (del que no logró descondicionarse y desligarse del todo), ante lo sobrecogedor, decíamos, de esa visión que nunca llegó a conocer en vida sentirá una suerte de pavor que le hará huir de ella. Con lo cual no podrá, de momento, integrarse en la Causa Primera y formar parte de lo Eterno y de la Realidad Superior.
– La huida le enfrentará con otra experiencia post mortem: la de la contemplación de aquellas entidades divinas propias de la religiosidad que conoció más de cerca por ser la más característica del entorno social en el que vivió. Si se identifica con ellas, si siente su esencia similar o cercana a ellas, se quedará en este plano de la realidad metafísica. Realidad inmaterial pero condicionada, puesto que las entidades divinas poseen figura, forma; la de la representación que en su cultura religiosa se les da.
El Yo Superior debería de continuar, una vez situado y anclado en este plano, el proceso de descondicionamiento total que en vida no pudo concluir. Y lo debería de continuar para aspirar a volver a ´toparse’ con la primera experiencia de ultratumba que tuvo e integrarse, esta vez sí, en el No-Ser.
– Si incluso no se siente identificado con aquellas entidades divinas será porque también le sobrecoge su cercana y embargadora presencia, ya que, en vida las adoró durante buena parte de su existencia y no consiguió nunca del todo percibir que tan sólo formaban parte del mundo manifestado (inmateriales, sí, pero sujetas a las formas; esto es, condicionadas), sino que siempre llegó a considerarlas como a las más altas jerarquías del Espíritu, por encima y más allá de las cuales no habría nada más; por lo que siempre las acabó contemplando aduladoramente desde una posición empequeñecida.
Es por esta razón por la que emprenderá una nueva huida y experimentará una nueva experiencia post mortem:
– Entonces el Alma Espiritualizada de la persona que había dejado la vida terrenal se enfrentará con sus propias pequeñeces, con sus propios temores, miedos y limitaciones. Unas pequeñeces y temores que no logró superar antes de la muerte y que son las que le han hecho sentir cierto pavor ante la magnitud y la presencia de las mencionadas divinidades (dioses, ángeles,…: todo dependiendo de la religión vivida). Sus propios temores y miedos pueden adoptar (dependiendo de si existían en la mitología de su entorno terrenal) la forma de dioses o diosas de aspecto monstruoso, terrible y pavoroso.
Si consigue sobreponerse al miedo infundido por estas imágenes aterradoras se integrará en la dimensión de la realidad por ellas representada y continuará su proceso descondicionador para aspirar a encontrarse de nuevo con las entidades divinas del plano superior, con el fin de identificarse con ellas y con el posterior objetivo de continuar dicho proceso descondicionador que le lleve nuevamente ante la presencia de la Ausencia (valga la contradicción de los términos); esto es, del Vacío ilimitado, del No-Ser, del Principio Supremo, del Motor Inmóvil del que hablaba Aristóteles. Principio Superior con el que, ahora sí, se identificará y en el que se integrará definitivamente.
– Si no consigue superar sus temores y miedos, si siente pavor ante la presencia de esas divinidades de aspecto terrorífico, es señal de que el camino iniciático de desapego que recorrió en vida dejó mucho que desear: fue poco intenso y/o poco duradero. Pero aunque de escasa valía, por lo menos sí que experimentó un pequeño despegue con respecto al hombre común, al hombre vulgar, al individuo amorfo arrastrado por las pasiones y los bajos impulsos e instintos. Por lo cual, aunque este Yo Superior deberá retornar a la existencia terrena, finita y perecedera para transmigrar y convertirse en el alma, psique o mente de otro individuo, tendrá el privilegio de elegir de qué embrión (a partir del que se gestará un nuevo ser humano) formará parte. Tendrá la opción, por ejemplo, de elegir el embrión del que se formará un individuo que -por entorno familiar, social o vocacional- gozará de una mayor facilidad y predisposición, así como de mejores ´herramientas’ y más óptimos medios, para emprender, con ciertos visos de éxito, el metódico y riguroso camino del desapego, de la transmutación interior y del Despertar y de la Gnosis de lo Absoluto. Podrá elegir convertirse en el alma, por ejemplo, de un individuo (allá donde aún hoy subsistan) de las castas o estamentos superiores.
Tras estos comentarios vertidos a propósito de lo enunciado por el Bardo Thödol, quede claro el hecho de que son unos pocos seres dotados de una cualificación interior especial los que llegarán a experimentar alguna, varias o todas estas experiencias de ultratumba inherentes a la ´vía de los dioses’ o deva-yana, mientras que la mayoría caerán irremisiblemente en la ´vía de los antepasados’ o pitra-yana reservada al hombre mediocre y vulgar. Remárquese de nuevo, en consecuencia, el carácter aristocrático, antidemocrático y antiigualitario de la consecución de la auténtica inmortalidad, de la arribada al ´paraíso´.
Recuérdese, asimismo, que el pitra-yana sólo contempla la incorporación de las energías y fuerzas sutiles del muerto al genio o tótem del clan al que perteneció y que esto se debe a que la personalidad que dicho individuo fue consolidando en vida se disolverá tras su deceso, por lo cual nadie puede (reivindicando la farsa reencarnacionista) sustentar la idea de que se puedan recordar existencias pasadas, ya que, repetimos, la individuación (y con ella el carácter, la personalidad adquirida, los pensamientos y la memoria) a la que un ser humano haya llegado durante su periplo terrenal se deshace y disuelve tras su fallecimiento.
Y, para concluir, téngase, igualmente, en cuenta que ese Yo Superior o Alma Espiritualizada que aquel que tiene el privilegio de transitar por el deva-yana ha ido forjando en vida es un Yo Superior que ya durante su existencia terrena se liberó, en mayor o menor medida, de su ego (de aquello que lo individualiza y apega a lo bajo y a lo caduco) y que, además, tal como se ha señalado anteriormente, tras la muerte ha asistido a la disolución de lo que pudiera quedar de su personalidad; memoria incluida. Memoria de la que sólo una especie de sucedáneo o un tenue reflejo, inconsistente, subsiste, como llevada por la inercia, acompañando a ese Yo Superior que (debido a no haber logrado en vida su total desapego) comparecerá ante la presencia de dioses de carácter más amable con, tal vez, otros de signo terrorífico. Esta especie de sombra de aquella memoria que se diluyó tras acaecer el óbito, acabará por desaparecer irremisiblemente; también en aquel Yo Superior –insuficientemente descondicionado- que se habrá de convertir en el alma del embrión al que transmigre.
NOTAS
(1) Traducida al castellano bajo este título, en 1994, por Ediciones Heracles. Escrita originariamente, en 1.934, como “Rivolta contra il mondo moderno”.
(2) Clan, gens, sippe o zadruga hacen referencia al mismo concepto pero referido, respectivamente, a las tradiciones celta, romana, germánica y eslava.
(3) Un excelente resumen de “El libro tibetano de la muerte” se puede leer en uno de los apéndices que aparecen al final de la obra de Evola “Lo yoga della potenza” y que lleva por título “Bardo: acciones después de la muerte”. Libro del cual existe una versión publicada en castellano, en 1.991, por la editorial Edaf como “El yoga tántrico”.
(4) Sobre este tema se pueden consultar nuestros “Debates metafísicos (II): la iniciación”.
Eduard Alcántara
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[…] (1) Remitimos a nuestra “La ilusión reencarnacionista”: https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/la-ilusion-reencarnacionista/ […]
Pingback por ROSTRO Y MÁSCARA DEL ESPIRITUALISMO CONTEMPORÁNEO « Septentrionis Lux diciembre 20, 2010 @ 8:48 pmCiertamente el cristianismo no acredita en la necesariedad de las cualificaciones innatas y es por esto (en parte)por lo que ofrece la posibilidad a todos. Pero no significa a pesar de ello que sea fácil, solo hay que leer un poco sobre las grandes dificultades que han pasado los santos para mantenerse «en carrera».
Comentarios por Raúl marzo 15, 2011 @ 2:51 pmY la creencia de que el logro de la «salvación» está asegurado por el cumplimiento de las normas (o de cualquier otra cosa)es considerado por la iglesia como un pecado de presunción.
Las religiones son legislaciones sociales tradicionales, no esoterismo, y permiten segun su alcance un poco de regeneración para quien pueda lograrlo, si esto luego al morir es suficiente, pues cada uno se dará cuenta llegado el momento.
Todas las vías iniciáticas islámicas aseguran tener su prigen en el Profeta, y no niegan que también la sharía lo tenga, los únicos en ver una discrepancia irremediable son los evolianos, los cuáles son los únicos con ideas radicales como no existen en ninguna tradición. Ningun tantrico dice que aquellos que siguen la vía del Vedanta siguen una vía desviada o incompleta o la crítica que sea, solo los evolianos lo hacen, ni los tantricos se consideran superiores a los del vedanta, pero lo evolianos si así lo creen. Disculpa Eduard pero para serte sincero creo que los evolianos siguen «su» tradición, su forma de entenderla conforme a Evola, y solo por eso dicen algunas cosas que solo están avaladas por ellos mismos y por las especulaciones de Evola. Este es el problema principal por el cual no pueden seguir ninguna tradición establecida, más que por otra cosa, se quiera asumirlo o no, esta es mi creencia.
Presunción es asegurar que Evola alcanzó la Liberación, cuando ni el mismo Evola dijo nada al respecto, y solo por suposiciones de ciertos hechos que bien pueden ser de un alcance o de una naturaleza diferente a la así creída por los evolianos. Solo un liberado puede afirmar que otro está liberado, y solo un liberado puede decir que el mismo lo está, y los demás creerlo o no, pero el resto de lo ignorantes no podemos asegurar nada, solo suponer por nuestras creencias y/o nuestros sentimientos.
Faltó una cosa, decir que los ritos del cristianismo están desprovistos de un poder real es no acreditar en la tradición cristiana,y cada cual puede acreditar en lo que sea, ahora, ¿qué poder real tienen las «ceremonias» como tu mismo las llamas, y que colocas en este blog, (me refiero a la del recién nacido, o a la del matrimonio por ejemplo) cuando solo son invenciones tuyas?
Comentarios por Raúl marzo 15, 2011 @ 3:42 pmRaul, ¿por que no pensar que los ritos exotericos vehiculizan influencias propias del pitra yana?.
Comentarios por Raul Tao marzo 23, 2011 @ 4:29 pmAmigo Raúl:
Comentarios por Eduard Alcántara marzo 26, 2011 @ 9:58 amCon la devoción y la piedad (el camino del santo) no se llega al Despertar. Éste sólo tiene un camino: el de la Iniciación. No bastan incluso ni el ayuno, ni la abnegación ni el sacrificio personal o por los demás pues el camino hacia la Iluminación requiere de unos instrumentos precisos y de un trabajo interno de otro cariz diferente.
Lo que comentas acerca de las vías esotéricas del Islam ya lo comentamos en nuestro “El Islam y la Tradición” y en los comentarios a pie de artículo (https://septentrionis.wordpress.com/2009/07/27/el-islam-y-la-tradicion/) y no vamos a volver a repetir aquellos conceptos.
En tus comentarios despliegas, sin duda, un ataque en toda regla. Y lo despliegas en tres frentes: contra los evolianos (que, por otro lado, no somos más que Tradicionalistas), contra la doctrina Tradicional expuesta por Evola y contra los logros espirituales que el mismo Evola haya podido alcanzar. Nosotros, específicamente en Septentrionis Lux, hemos considerado la valía de la doctrina Tradicional interpretada por Evola por las razones que ya hemos señalado en varias ocasiones y que se pueden leer en https://septentrionis.wordpress.com/2011/02/23/el-tradicionalismo-y-julius-evola/ y en https://septentrionis.wordpress.com/category/septentrionis-lux/. La opinión de que Evola haya creado una visión de la Tradición sui generis y quasi ex nihilo la consideramos de una ligereza e inconsistencia total, pues las fuentes en que se basó para interpretar tan magistralmente la Tradición no fueron otras que las de los textos Sapienciales y Sagrados de diversas tradiciones y pueblos y las del estudio de ciertas civilizaciones y de sus intríngulis y fundamentos más genuinos y profundos. Es por esto que resulta desacertado el afirmar el que debido a una supuesta formulación personal (y desviada) de la Tradición Evola no se habría identificado con ninguna vía Tradicional ni los evolianos habrían sido capaces de seguir ninguna, ya que como ya señalamos recientemente el maestro italiano ensalzó, por su incontestable legitimidad Tradicional, vías como la del budismo de los orígenes, la del taoísmo, la del budismo zen, la del tantrismo, la del mitraísmo, la de los misterios de la antigüedad grecoromana o la de la tradición herméticoalquímica.
Yerras al afirmar que los tántricos no critican a los vedantinos, sino que sólo los evolianos se atreven a ello, pues son los mismos textos tántricos los que cargan contra los seguidores del Vedânta: “decís que lo verdaderamente real solamente es el inmóvil Brahman sin atributos, y el resto -el conjunto de los seres condicionados- es ilusión y falsedad. Ahora responded: ¿quiénes sois vosotros, que afirmáis esto, Brahman o un ser condicionado? pues si sois un ser condicionado (y otra cosa lealmente no podéis decir), sois ilusión y falsedad y, por consiguiente, con mayor razón, ilusorio y falso será todo lo que decís y asimismo vuestra propia afirmación, puesto que solamente Brahman es, y el resto es ilusión”.
Por otro lado, Evola no ningunea lo exotérico. Siempre ha habido una minoría apta para aprehender las Verdades Metafísicas y cuyo campo de trabajo será lo esotérico y siempre ha existido una mayoría inhábil para logros transustanciadores en su interior y cuyo terreno se debería cernir al nivel exotérico. Lo que ocurre es que dentro de este nivel exotérico ha habido Tradiciones que no le otorgaban un papel pasivo al hombre y otras que sí y Evola, obviamente, apostaba por las primeras: en Roma cualquier pater de familia (aunque no tuviera la referida capacitación innata posibilitadora de la Iniciación) oficiaba ritos (p. ej. en el altar de su domus) que eran operativos, es decir, que tenían la capacidad de actuar sobre los numens o fuerzas sutiles. En cambio las religiones devocionales de carácter lunar (entiéndase, p. ej. las del Libro) no han contemplado siempre este plano exotérico (oficialmente es el único que han acostumbrado admitir) más que desde una óptica pasiva y meramente devocional.
Amigo Raúl, el mero ritualismo vacío e inoperante en el que ha caído, pongamos por caso, el brahmanismo hinduista, el actual budismo mahayana o que es propio al cristianismo vaticanista no podrá nunca vehicular ninguna influencia: ni la del pitra-yana o vía de los antepasados.
Nuestros textos sobre ceremonias (de nacimiento, de solsticio o de matrimonio) no tienen, por supuesto, ninguna pretensión operativa sino tan sólo el investir a estas ceremonias de una cosmovisión genuinamente Tradicional de corte Solar y no imbuida de elementos espúreos de naturaleza telúrica o referidos a religiosidades meramente fideístas.
No pretendemos afirmar que Evola hubiese llegado al Despertar o se hubiese aproximado a él durante su periplo vital o en su post-mortem. Antes que afirmar aportamos una serie de datos en dos de nuestros trabajos ( https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/%C2%A1que-nos-disculpe-evola/ y en https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/el-porque-de-la-paralisis-de-julius-evola/) que pueden dar mucho que pensar acerca de los supuestos logros internos que el maestro italiano podría haber llegado a realizar. De ser esto cierto (nosotros tan solo apuntamos esta posibilidad) Evola nunca los habría hecho públicos, pues nada más lejos de su forma de ser -como la de cualquier Hombre de la Tradición- que la de realizar alardes personales, publicitar logros propios o, en definitiva, engordar su ego buscando la admiración ajena (lo cual contradeciría la naturaleza de la Iniciación) y no ser fiel a ese principio al que tanto hincapié le dio: el de la Impersonalidad Activa. Somos consciente de que a Evola le habría disgustado el saber que alguien hablara sobre sus supuestos logros transustanciadores internos y es por ello que uno de nuestros escritos alusivos a ellos lleva por título el de “¡Que no disculpe Evola!”.
Saludos cordiales:
Eduard Alcántara
Raúl:
Comentarios por Eduard Alcántara marzo 26, 2011 @ 10:01 amCon la devoción y la piedad (el camino del santo) no se llega al Despertar. Éste sólo tiene un camino: el de la Iniciación. No bastan incluso ni el ayuno, ni la abnegación ni el sacrificio personal o por los demás pues el camino hacia la Iluminación requiere de unos instrumentos precisos y de un trabajo interno de otro cariz diferente.
Lo que comentas acerca de las vías esotéricas del Islam ya lo comentamos en nuestro “El Islam y la Tradición” y en los comentarios a pie de artículo (https://septentrionis.wordpress.com/2009/07/27/el-islam-y-la-tradicion/) y no vamos a volver a repetir aquellos conceptos.
En tus comentarios despliegas, sin duda, un ataque en toda regla. Y lo despliegas en tres frentes: contra los evolianos (que, por otro lado, no somos más que Tradicionalistas), contra la doctrina Tradicional expuesta por Evola y contra los logros espirituales que el mismo Evola haya podido alcanzar. Nosotros, específicamente en Septentrionis Lux, hemos considerado la valía de la doctrina Tradicional interpretada por Evola por las razones que ya hemos señalado en varias ocasiones y que se pueden leer en https://septentrionis.wordpress.com/2011/02/23/el-tradicionalismo-y-julius-evola/ y en https://septentrionis.wordpress.com/category/septentrionis-lux/. La opinión de que Evola haya creado una visión de la Tradición sui generis y quasi ex nihilo la consideramos de una ligereza e inconsistencia total, pues las fuentes en que se basó para interpretar tan magistralmente la Tradición no fueron otras que las de los textos Sapienciales y Sagrados de diversas tradiciones y pueblos y las del estudio de ciertas civilizaciones y de sus intríngulis y fundamentos más genuinos y profundos. Es por esto que resulta desacertado el afirmar el que debido a una supuesta formulación personal (y desviada) de la Tradición Evola no se habría identificado con ninguna vía Tradicional ni los evolianos habrían sido capaces de seguir ninguna, ya que como ya señalamos recientemente el maestro italiano ensalzó, por su incontestable legitimidad Tradicional, vías como la del budismo de los orígenes, la del taoísmo, la del budismo zen, la del tantrismo, la del mitraísmo, la de los misterios de la antigüedad grecoromana o la de la tradición herméticoalquímica.
Yerras al afirmar que los tántricos no critican a los vedantinos, sino que sólo los evolianos se atreven a ello, pues son los mismos textos tántricos los que cargan contra los seguidores del Vedânta: “decís que lo verdaderamente real solamente es el inmóvil Brahman sin atributos, y el resto -el conjunto de los seres condicionados- es ilusión y falsedad. Ahora responded: ¿quiénes sois vosotros, que afirmáis esto, Brahman o un ser condicionado? pues si sois un ser condicionado (y otra cosa lealmente no podéis decir), sois ilusión y falsedad y, por consiguiente, con mayor razón, ilusorio y falso será todo lo que decís y asimismo vuestra propia afirmación, puesto que solamente Brahman es, y el resto es ilusión”.
Por otro lado, Evola no ningunea lo exotérico. Siempre ha habido una minoría apta para aprehender las Verdades Metafísicas y cuyo campo de trabajo será lo esotérico y siempre ha existido una mayoría inhábil para logros transustanciadores en su interior y cuyo terreno se debería cernir al nivel exotérico. Lo que ocurre es que dentro de este nivel exotérico ha habido Tradiciones que no le otorgaban un papel pasivo al hombre y otras que sí y Evola, obviamente, apostaba por las primeras: en Roma cualquier pater de familia (aunque no tuviera la referida capacitación innata posibilitadora de la Iniciación) oficiaba ritos (p. ej. en el altar de su domus) que eran operativos, es decir, que tenían la capacidad de actuar sobre los numens o fuerzas sutiles. En cambio las religiones devocionales de carácter lunar (entiéndase, p. ej. las del Libro) no han contemplado siempre este plano exotérico (oficialmente es el único que han acostumbrado admitir) más que desde una óptica pasiva y meramente devocional.
Amigo Raúl, el mero ritualismo vacío e inoperante en el que ha caído, pongamos por caso, el brahmanismo hinduista, el actual budismo mahayana o que es propio al cristianismo vaticanista no podrá nunca vehicular ninguna influencia: ni la del pitra-yana o vía de los antepasados.
Nuestros textos sobre ceremonias (de nacimiento, de solsticio o de matrimonio) no tienen, por supuesto, ninguna pretensión operativa sino tan sólo el investir a estas ceremonias de una cosmovisión genuinamente Tradicional de corte Solar y no imbuida de elementos espúreos de naturaleza telúrica o referidos a religiosidades meramente fideístas.
No pretendemos afirmar que Evola hubiese llegado al Despertar o se hubiese aproximado a él durante su periplo vital o en su post-mortem. Antes que afirmar aportamos una serie de datos en dos de nuestros trabajos ( https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/%C2%A1que-nos-disculpe-evola/ y en https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/el-porque-de-la-paralisis-de-julius-evola/) que pueden dar mucho que pensar acerca de los supuestos logros internos que el maestro italiano podría haber llegado a realizar. De ser esto cierto (nosotros tan solo apuntamos esta posibilidad) Evola nunca los habría hecho públicos, pues nada más lejos de su forma de ser -como la de cualquier Hombre de la Tradición- que la de realizar alardes personales, publicitar logros propios o, en definitiva, engordar su ego buscando la admiración ajena (lo cual contradeciría la naturaleza de la Iniciación) y no ser fiel a ese principio al que tanto hincapié le dio: el de la Impersonalidad Activa. Somos consciente de que a Evola le habría disgustado el saber que alguien hablara sobre sus supuestos logros transustanciadores internos y es por ello que uno de nuestros escritos alusivos a ellos lleva por título el de “¡Que no disculpe Evola!”.
Saludos cordiales:
Eduard Alcántara
por lo que tengo entendido de cuando me lo explicaban cuando era chico:
todos son llamados a la santidad, todos la pueden alcanzar pero pocos lo intentan y menos son los que lo logran.
todos son salvos si eliminan el pecado original con la comunión, aceptando a cristo y no cometiendo un pecado capital o faltando los mandamientos.
¿para qué criticar lo obvio?
Comentarios por @raul marzo 25, 2011 @ 12:34 amVes, amigo Raúl, como el cristianismo no lo puede difícil para que una mayoría alcance la «salvación». Se trata de una religión de corte democrático en la que una mayoría, sin hacer especiales méritos, tiene a su alcance el Cielo. Uno de sus pilares fundamentales hoy en día, el Opus Dei, afirma que a través del trabajo (muy en la línea del protestantismo) se alcanza la santidad: todavía pone, así, más fácil el logro de la salvación; ya ni exige el voto de castidad…
Comentarios por septentrionislux marzo 26, 2011 @ 4:24 pmSaludos:
Eduard Alcántara
Hola Eduard, discusión aparte quiero decirte que el último comentario de «raul», no es mío.
«por lo que tengo entendido de cuando me lo explicaban cuando era chico:
todos son llamados a la santidad, todos la pueden alcanzar pero pocos lo intentan y menos son los que lo logran.
todos son salvos si eliminan el pecado original con la comunión, aceptando a cristo y no cometiendo un pecado capital o faltando los mandamientos.
¿para qué criticar lo obvio?»
«Raúl»
Comentarios por Raúl abril 14, 2011 @ 11:29 amBien, ahora si, a tu primer respuesta hago algunos comentarios, tu dices:
«Con la devoción y la piedad (el camino del santo) no se llega al Despertar. Éste sólo tiene un camino: el de la Iniciación. No bastan incluso ni el ayuno, ni la abnegación ni el sacrificio personal o por los demás pues el camino hacia la Iluminación requiere de unos instrumentos precisos y de un trabajo interno de otro cariz diferente.»
Yo no dije esto, lo has dicho tú. Hablé de salvación, no de liberación. Y la accesis tiene «como fin inmediato» la concentración de la mente, y existe tanto en el plano exotérico como en el esotérico. Ciertamente la acción no lleva al conocimiento, ¿pero no son los upayas útiles para disponernos adecuadamente?.
«La opinión de que Evola haya creado una visión de la Tradición sui generis y quasi ex nihilo la consideramos de una ligereza e inconsistencia total, pues las fuentes en que se basó para interpretar tan magistralmente la Tradición no fueron otras que las de los textos Sapienciales y Sagrados de diversas tradiciones y pueblos y las del estudio de ciertas civilizaciones y de sus intríngulis y fundamentos más genuinos y profundos. Es por esto que resulta desacertado el afirmar el que debido a una supuesta formulación personal (y desviada) de la Tradición Evola no se habría identificado con ninguna vía Tradicional ni los evolianos habrían sido capaces de seguir ninguna, ya que como ya señalamos recientemente el maestro italiano ensalzó, por su incontestable legitimidad Tradicional, vías como la del budismo de los orígenes, la del taoísmo, la del budismo zen, la del tantrismo, la del mitraísmo, la de los misterios de la antigüedad grecoromana o la de la tradición herméticoalquímica.»
Es cierto, ensalzó, pero ni siquiera intentó seguir, tradicionalmente (es decir en alguna tradición), ninguna de las que se encuentran operativas y a su alcance, por supuesto que habrá tenido sus motivos, y de la misma forma se comportan los que lo siguen y que bien dices son tradicionalistas, pero no tradicionales.
Una realización extraordinaria no significa fuera de toda tradición, sino que las vías tradicionales son extraordinarias. Ramana Maharishi alcanzó la Liberación espontáneamente, pero aun así fue dentro de la forma bramanica hindú, no hay más que leer lo que decía para dar cuenta de su «vedantismo» para decirlo de alguna manera. Ibn Arabi alcanzó ciertos logros espirituales por el Kidr, pero también era un iniciado ordinario, y así hay muchos ejemplos, como el acostumbrado de Jacob Boheme.
Respecto a lo suigeneris, no me refiero a todo lo que dijo, sino a su definición de magia, por dar un ejemplo, que es incorrecta, no es una actitud del espíritu, esto es un invento de Evola conforme a su parecer. Creo que se basó en ciertas expresiones de un hermetista, el texto es algo sobre el héroe, algo así, pero aun asi, si estoy en lo cierto con esto, no es sino una opinión.
La magia, y bien lo sabía, verdaderamente es solo una ciencia que se ocupa de la manipulación de fuerzas sutiles, y nada más.
«Yerras al afirmar que los tántricos no critican a los vedantinos, sino que sólo los evolianos se atreven a ello, pues son los mismos textos tántricos los que cargan contra los seguidores del Vedânta»
Ya hemos hablado de esto Eduard, fíjate en mi respuesta a tu email, sobre «Críticas de Evola al Vedanta» El problema es ver diferencias ireconciliables y no ver diferencias necesarias por naturaleza.
«Amigo Raúl, el mero ritualismo vacío e inoperante en el que ha caído, pongamos por caso, el brahmanismo hinduista, el actual budismo mahayana o que es propio al cristianismo vaticanista no podrá nunca vehicular ninguna influencia: ni la del pitra-yana o vía de los antepasados.»
No voy a hablar de la iglesia vaticana porque es una farsa, pero cualquier tradición verdadera y viva, vehiculiza una influencia espiritual, entienda o no sus ritos, mientras conserve y transmita lo que ha recibido, y tenga la intensión oblativa correcta. Es así el caso del bramanismo hindú, no hinduísta, y del budismo mahayana y del catolicismo tradicional que siguen los que se avocan a la posición sedevacantista. Decir que no hay ninguna influencia, o que los ritos de estas tradiciones no las vehiculizan, es desconocer o no querer aceptar las leyes y reglas tradicionales de las respectivas tradiciones por las cuales se asegura la continuidad de las influencias espirituales.
¿Cómo sábes que el bramanismo es obsoleto? Prefiero creerle a una tradición viva y milenaria. Ahora bien, a lo que la doctrina tántrica se refiere es que los antiguos ritos no son operativos para mucha gente pero que en otra época lo huebese sido, pero esto es culpa de la naturaleza caída de esa gente, y para esa gente surge el tantra, como forma más acorde a su naturaleza presente. No son las tradiciones mensionadas las que no sirven, son las personas y me incluyo. Mientras estén vivas, más allá de sus degeneraciones, ofrecen alguna posibilidad. Ramakrishna fue un constatador de la valides tanto del hinduísmo como del cristianismo y del islam, él logró resultados con todas, y vivió muchísmo tiempo después de que las declaraciones tántricas sobre la inoperancia de los antinguos ritos surgieran. Declaraciones que han sido mal interpretadas, como el mismo Ramakrishna lo demostró con hechos.
«No pretendemos afirmar que Evola hubiese llegado al Despertar o se hubiese aproximado a él durante su periplo vital o en su post-mortem. Antes que afirmar aportamos una serie de datos en dos de nuestros trabajos» Bueno, aquí no voy a contradecirte, tu sabes mejor que nadie tus intensiones.
Mis saludos cordiales
Raúl
Comentarios por Raúl abril 14, 2011 @ 12:39 pmApreciado Raúl:
Comentarios por septentrionislux abril 20, 2011 @ 1:24 pmMe di cuenta que el último comentario no era tuyo, sino de Raúl Tao, una vez ya había enviado mi respuesta.
La ascesis, entendida como práctica interna descondicionante preparadora para posteriores asunciones metafísicas, sólo existe en el plano esotérico. La ascesis es acción interna, por lo que la acción sí puede llevar al Conocimiento. La acción externa (p. ej., la que ofrece la ´vía del shatriya´) puede suponer una gran ayuda para que la acción interna consiga los logros que persigue.
Sé de Tradicionalistas evolianos que sí se identifican con alguna tradición concreta: p. ej. el caso de Marcos Ghio, que siempre se ha declarado católico (gibelino).
La Tradición Primordial es una y quien así esto lo entienda, vislumbre y asimile (eso sí, una ínfima minoría) pienso que puede ser capaz de beber de enseñanzas -y practicar técnicas- de diferentes tradiciones esotéricas de forma integrada y metódica y siguiendo una coherencia para así poder llegar a vivenciar otros planos de la Realidad y para poder así transmutarse interiormente.
En el léxico al uso por Evola la magia sería ´metafísica operativa´ (=técnicas de Iniciación) y estaría en oposición con una ´metafísica especulativa´ que es inhábil de cara a operar transustanciaciones en la persona y que estaría, por esta razón, no alejada de la filosofía.
Dices que «cualquier tradición verdadera y viva, vehiculiza una influencia espiritual, entienda o no sus ritos, mientras conserve y transmita lo que ha recibido, y tenga la intensión oblativa correcta», pero te pregunto: ¿ha recibido algún legado mágico (en el sentido que te menciono de tal como entendía Evola este término) el, p. ej., cristianismo?, pues el de los orígenes no pasa de ser una creencia meramente salvífica con una fuerte carga de amparo y consuelo para los débiles de espíritu… Se podrá aplicar aquello de que ´quien tuvo retuvo´, pero es que el judeocristianismo no tuvo nunca nada (de esotérico). Por otras vías aparecieron, dentro del ámbito nominal católico, organizaciones y órdenes que sí entendieron de lo esotérico y de la metafísica operativa, pero aparecieron en paralelo a la Iglesia oficial y a regañadientes de ésta. Con la desaparición de aquéllas no quedó rastro de espiritualidad operativa ni operante en el seno del dicho ámbito católico. De todos modos si por otras vías le hubiese llegado, en épocas pretéritas, esa espiritualidad operativa al ritualismo del cristianianismo oficial ésta no habría dejado nunca de ser una potencialidad (una posibilidad) no actualizada (no realizada) debido a que los oficiantes de dicho ritualismo (los sacerdotes) jamás han contemplado el potencial operativo de los ritos que realizaban, ya que tan solo los consideran en la vertiente de formulismos para incluir a los creyentes en la comunidad de fieles y para afianzar dicha inclusión. Si el oficiante (el sacerdote) ignora la potencialidad de un rito y, encima, no tiene el poder (que sólo viene de la Iniciación) de activar la fuerza potencial transmutadora y/u operativa de ese rito éste tendrá un efecto inocuo; esta ignorancia y esta incapacidad se pueden, asimismo, aplicar a los oficiantes del ritualismo vacío y meramente formal y exotérico del budismo mahayana y del brahmanismo hindú. A la vacuidad e inoperancia de los ritos de estas dos formas religiosas se puede oponer el tantrismo, que ofrece la posibilidad de la palingénesis y de la Gnosis siempre para una minoría apta interiormente y, además, con herramientas y métodos cuya utilización se hace más comprensible si no nos olvidamos que transitamos por el Kali-yuga y que, por tanto, otras vías de realización de corte mas apolíneo sólo podrían ser seguidas por unos pocos seres excepcionales.
Saludos cordiales:
Eduard Alcántara
La accesis no es acción interna, es un esfuerzo metódico para alcanzar un objetivo (y esto no es garantía de nada), más particularmente de orden espirtual.
Determinadas reglas de vida sean exotéricas o esotéricas pueden dar cuenta ejemplar de lo que la accesis es. Para más precisión, todo tipo de conducta ritual.
Cuando digo que las acciones no pueden llevar al conocimiento, me refiero a esto, no a la actividad interna (en el esoterismo), que ovbiamente es una condición necesaria. Aunque los upayas repito, sean de gran ayuda para la disposición correcta, entiéndase para la concentración de la mente.
No hay acción interna, lo que hay es actividad, que no es lo mismo, y lógicamente, el tipo de actividad interna que se realiza en el esoterismo, difiere de la actividad interna del exoterismo como las acciones rituales esotéricas difieren de las acciones rituales exotéricas.
«¿ha recibido algún legado mágico (en el sentido que te menciono de tal como entendía Evola este término) el, p. ej., cristianismo?»
Pero Eduard, si los dos miramos al cristianismo solo cómo una religión, y por mi parte ya te dije que hablaba solo de salvación, ¿porqué me preguntas esto?
Toda religión contempla la posbilidad de la regeneración con la ayuda de los ritos, aunque sea una regeneración que no llegue a la completud de los misterios menores, (sino hablaríamos de iniciación). Y esto es un desarrollo espiritual aunque se logre en el plano psíquico, porque la causa del desarrollo es espiritual.
Los santos tienen un desarrollo espiritual, aunque no sean iniciados, tienen un desarrollo espiritual acorde a las posibilidades que le brinda su religión. Pero nadie dice que su desarrollo sea iniciático.
No sé si los ritos religiosos cristianos tienen en potencia la iniciación, no lo sé, aunque no lo creo.
Y lógicamente un sacerdote debe estar iniciado y comprender la razón de los ritos si quiere tener efectividad iniciática, pero no está esto en discusión, salvo por tí, cuando, segun mi parecer, insistes en hablar de un posible esoterismo en la religión cristiana pensado por mí, cuando ya te lo he dicho más de una vez que yo nunca hablé de esto.
Los ritos religiosos operan en el ámbito religioso, y esto es un hecho demostrado históricamente, hay millones de pruebas, no hay más que leer ciertos hechos en la vida de los santos.
Mi opinión desde un principio fue que es mentira que los ritos religiosos no sean operativos, aunque su operatividad se limite al ámbito exotérico. Es decir, es mentira que sean obsoletos, puesto que la tradición cristiana, aunque sea exotérica, al menos hoy por hoy, está viva, asi de simple.
Podemos comparar con la masonería, para Evola y para la Iglesia la masonería es contrainiciática, y para Guénon es iniciática, pero a ninguno se les ocurrió decir que no pasa nada por la ejecución de los ritos.
Donde no pasa nada, pues esto no es tradicional, es que alguien haga mano de prácticas de cualquier tradición sin tener las condiciones mínimas necesarias para que las mismas le sean efectivas.
«La Tradición Primordial es una y quien así esto lo entienda, vislumbre y asimile (eso sí, una ínfima minoría) pienso que puede ser capaz de beber de enseñanzas -y practicar técnicas- de diferentes tradiciones esotéricas de forma integrada y metódica y siguiendo una coherencia para así poder llegar a vivenciar otros planos de la Realidad y para poder así transmutarse interiormente.»
A tus palabras repito la comprobación de Ramakrishna, pero te advierto que este perteneció a las tradiciones por las que pasó, aunque sea por breve tiempo. No hizo mano de prácticas de aquí y de allá por considerarse apto. Que es lo que creía que se podía hacer Evola cuando formó su grupo de Ur, apesar de que Guénon, cuando Evola le consultó, le dijo que esto no tenía ninguna validez operativa por carecer de una transmisión adecuada.
Ghío no practica cristianismo, sinó «su» cristianismo, lo cual no sirve, por más que piense que no es así. Y conozco a muchos, y de seguro tu también conoces, que siguen sus propias vías, pero a ninguno que siga una vía ortodoxa, salvo a Juan Manuel Garayalde, aunque sea exotérica, (y el lo sabe). Es el único que se dió cuenta, que para tener alguna posibilidad cierta, salvo te caiga, literalmente, del cielo,o seas tan especial como para despertar solo, hay que entrar en un camino tradicional. Eso sí, los que despiertan «solos» nunca están realmente solos, esto es sin ninguna ayuda, aunque sea extraordinaria, y no se caracterizan por practicar o intentar algun desarrollo fuera de alguna tradición (pues saben que esto es antitradicional), son, por decirlo de alguna manera, «sorprendidos». Como lo fueron Ramana Maharishi e Ibn Arabí.
Luego gente como Leandro Pinkler y otros que siguen vías tradicionales ortodoxas y vivas, yo al menos no los considero evolianos (aunque gusten de los escritos) por lo cual no están en discusión, ni se les ocurre «hacer la suya», ¡gracias a Dios!, tómese esta exclamación como se quiera.
Leandro, por ejemplo, es fiel a la tradición que sigue, y sabe muy bien que cualquiera que pretenda abrir un puerta fuera de un camino verderamente ortodoxo, solo logra convertirse en un hechicero.
En fin, la tradición, en sus principios, es una, y para ser ortodoxos hay que acogerse a estos, y nada más. Esto es, de principio, ser tradicional, que no es lo mismo que ser tradicionalista.
(Aclaro, que cuando los edevacantistas dicen ser tradicionalistas, no usan la expresión en el sentido que yo la estoy usando)
Mis saludos cordiales.
Raúl
Comentarios por Raúl abril 23, 2011 @ 1:31 pmApreciado Raúl:
Comentarios por septentrionislux abril 23, 2011 @ 5:50 pmNo siempre hay coincidencia en la percepción que algunos puedan tener sobre los significados de diferentes términos; en este caso, de corte espiritual. Aquí, así, podríamos discutir sobre las semejanzas o diferencias entre ´acción´ y ´actividad´ o sobre la etimología del vocablo ´ascesis´, el cual suele entenderse en el sentido de la renuncia al cuerpo con fines espirituales pero al cual algunos Tradicionalistas han asociado a las prácticas internas (de meditación, concentración, descondicionamiento, visualización,…) propias de la Iniciación.
Me queda aclarado con tus palabras el que no le concedes operatividad esotérica a los ritos del cristianismo, sino tan solo (si no te he interpretado mal) influencia psíquica.
Los ritos de la Iglesia resultan neutros en cuanto a su capacidad operativa en el plano metafísico, pero los de la masonería especulativa seguramente no lo son porque la contrainiciación que le es propia desata y despierta fuerzas sutiles de orden catagógico: que arrastan a lo bajo.
Comentas que «los que despiertan “solos” nunca están realmente solos, esto es sin ninguna ayuda, aunque sea extraordinaria». Bueno, apreciado amigo, quizás sea ese ´maestro interior´, del que hablan autores como Karlfried Dürckheim, el que guía o ha guiado a unos pocos seres excepcionales que no siguen o han seguido una vía espiritual concreta… Aunque uno es más dado a pensar que al dicho ´maestro interior´ se lo despierta uno mismo haciendo uso de su libertad total de activar o no las potencialidades que atesora, pues postular lo contrario significaría aceptar fatalismos a los que el Hombre Diferenciado no otorga validez.
Siempre son de agradecer tus sustanciosas letras. Saludos:
Eduard Alcántara
«Me queda aclarado con tus palabras el que no le concedes operatividad esotérica a los ritos del cristianismo, sino tan solo (si no te he interpretado mal) influencia psíquica.»
No Eduard, que no haya operatividad esotérica no significa que no haya una influencia espiritual. Por supuesto que las hay en todas las religiones, pero de diferente tipo o forma de actuar a las que se encuentran en las vías iniciáticas.
Una influencia psíquica solo puede dar poderes psíquicos, y no es el caso final ni la intensión de ninguna religión.
Pero, si inclusive nos quedáramos solo en los poderes, podemos ver la diferencia que hay entre los santos y los brujos, para ambos siempre se trata de poderes psíquicos, pues no existen «poderes» espirituales, pero las causas son diferentes. Un santo lo consigue por su desarrollo espiritual, exotérico claro está, y por ello las causas de sus poderes son espirituales. Y por otro lado, el fin de las religiones que es la salvación, no se podría lograr sino fuera por las influencias espirituales, de hecho, la alusión constante a los ángeles son todo un ejemplo literal de esto en su visita y ayuda permanente en la vida de los santos.
Una organización que solo posee una influencia psíquica puede ser de dos tipos, mágica, y/o contrainiciática. Nada más. Por ejemplo, podemos decir que la iglesia surgida a partir de las reformas instauradas por el Concilio Vaticano II, es contrainiciática, debido a que las reformas han anulado la operatividad de las influencias espirituales que ya no pueden ser vehiculizadas por la degeneración (y muchas veces invento) de los ritos.
Lo que hay que entender es que las religiones poseen una influencia espiritual que solo sirve para la salvación, es decir, para evitar, por el sostén que otorgan al alma, la segunda muerte. Por eso se habla en las religiones de una regeneración psiquica, alguien que por ejemplo nace por el bautismo, las puertas del infierno y de la muerte no tienen poder sobre él. Por supuesto que a esto después hay que trabajarlo, como decía San Agustín, «el Dios que te ha creado sin tí, no te va a salvar sin ti».
Gracias por tus elogios Eduard.
Saludos.
Raúl
Comentarios por Raúl abril 25, 2011 @ 9:11 pm«Aunque uno es más dado a pensar que al dicho ´maestro interior´ se lo despierta uno mismo haciendo uso de su libertad total de activar o no las potencialidades que atesora, pues postular lo contrario significaría aceptar fatalismos a los que el Hombre Diferenciado no otorga validez.»
Comentarios por Raúl abril 25, 2011 @ 9:26 pmMuy bueno, se nota el punto de vista ksatriya. Para el punto de vista sacerdotal el unico que hace es Atma, pero en el fondo ambos dicen lo mismo, sea inmanente o trascendental. Esto es lo que los evolianos deben aprender a entender, lo que más le costó a Evola, no toda diferencia es una degeneración o es contrainiciática o es una equivocación, hay que saber ver lo que une a las doctrinas tradicionales ortodoxas, porque todas dicen la verdad acorde a lo que les corresponde.
Ya había contestado esto pero me parece que no quedó, aquí va de nuevo más escuetamente.
Comentarios por Raúl abril 25, 2011 @ 9:46 pm«Me queda aclarado con tus palabras el que no le concedes operatividad esotérica a los ritos del cristianismo, sino tan solo (si no te he interpretado mal) influencia psíquica.»
No Eduard, las religiones poseen una influencia espiritual que posibilita para la salvación. Sino sería imposible, es el Espíritu el que salva al alma de la segunda muerte. Que la regeneración solo opere restrictivamente en el plano psíquico no cambia la cosa.
«Los ritos de la Iglesia resultan neutros en cuanto a su capacidad operativa en el plano metafísico, pero los de la masonería especulativa seguramente no lo son porque la contrainiciación que le es propia desata y despierta fuerzas sutiles de orden catagógico: que arrastan a lo bajo.»
Ciertamente los ritos cristianos no operan metafísicamente, pues solo se ocupan de una regeneración anímica, lo cual no es decir que sus influencias no sean espirituales, sino que operan en otro ámbito.
Pero las influencias contrainiciáticas tampoco, porque operan también en el plano psíquico y solo son de naturaleza psíquica.
Metafísico no es más allá del cuerpo, sino más allá de lo natural, es decir, más allá del mundo psíquico y espiritual.
Gracias por tus palabras hacia mis escritos.
Saludos.
Raúl
Me hago una corrección, cuando dije:
«Metafísico no es más allá del cuerpo, sino más allá de lo natural, es decir, más allá del mundo psíquico y espiritual.»
debí decir: «no es solo más allá del cuerpo, sino también más allá del mundo psíquico.» Lo espiritual es lo propiamente metafísico. Perdón.
Comentarios por Raúl abril 25, 2011 @ 10:08 pmUna cosa más: las influencias en una religión pueden ser espirituales sin ser iniciáticas. No hay problema con esto. De hecho, toda la ayuda angélica en la vida de los santos lo testimonia. El mismo Espíritu Santo no se manifiesta en la religión cristiana como iniciático sino solo como religioso.
Comentarios por Raúl abril 25, 2011 @ 10:28 pmPara resumir:
Comentarios por Raúl abril 25, 2011 @ 11:12 pmLas religiones poseen una influencia espiritual de caracter no iniciático que se encarga de la salvación, es decir, de sostener al alma evitando su disgregación, es decir, su segunda muerte, y opera solo en el mundo psiquico. El paraíso se denomina a cualquier grado de salvación.
Los misterios menores, y aquí se trata de esoterismo, también operan solo en el mundo psiquico y poseen una influencia espiritual con el fin ya no de salvar, lo cual se da por añadidura, sino de conseguir la perfección humana, esto es, el retorno al Paraíso «Primordial», es decir, no cualquier grado de salvación, sino la culminación de las posibilidades humanas. Y luego los misterios menores son una antesala preparatoria para los mayores, esto es, el resto de caracter metafísico que queda hasta la Liberación; la influencia espiritual en este último caso, opera solo en el mundo metafísico y para el mundo metafísico. Es decir, un hombre verdadero todavía necesita el «pasaje» por así decir, que le permita viajar al «más allá», necesita de una nueva transmisión, no la tiene por estar reintegrado, el paraíso, aunque sea un límite, es una puerta no necesariamente abierta hacia el orden espiritual, el Adam lo supo bien al intentar entrar, y caer.
La contrainiciación por otro lado posee solo una influencia psíquica, que si bien sostiene al alma al desprenderse del cuerpo durante cierto tiempo, no puede evitar, primero aprisionarla en estados contrarios al paradisíaco, estados de sufrimiento sin goce alguno diría la iglesia, y luego vomitarla a su segunda muerte.
Mientras que las organizaciones que manifiestan estas posibilidades estén vivas y activas, sus doctrinas y ritos conservados y transmitidos ortodoxamente, poseen una eficacia real para lo que se proponen, más allá de las capacidades particulares de sus miembros.
Respecto a la supuesta facilidad que otorga la iglesia para la salvación, debo agregar más a lo ya dicho.
Comentarios por Raúl abril 26, 2011 @ 12:17 amQue todos sean llamados no significa que sean también escogidos, es decir, en verdad, y hay que leer las doctrinas de la iglesia para enterarse, son muy pocos los que logran la salvación, el purgatorio se supone para unos cuantos, pero solo para los santos se cree su directa salvación.
Lo que sucede es que porque estamos en la epoca final, hay una abundancia de misericordia que no hubo en otras épocas, y entonces relativamente parece que la iglesia presenta la salvación como algo fácil. Los mismos textos tántricos declaran que en el kali yuga basta solo recitar himnos a Khrishna para alcanzar la Liberación, pero esto es cierto solo en los medios, es decir, que no hay que hacer demasiado para recibir ciertos beneficios que en otras épocas se daban después de mucho esfuerzo, pero la verdad es que no somos capaces de hacer ni lo mínimo para recibirlos, y es que tan mal estamos los hombres de este tiempo. ¡Solo hay que probar seguir alguna tradición como corresponde para ver la dificultad en la que estamos! Porque las verdaderas oposiciones se presentan cuando lo intentamos, hasta ese entonces cualquier disciplina parece llevadera. Pero cuando se comienza realmente en una tradición (exotérica o esotérica) y como corresponde, las fuerzas diabólicas nos muestran cuál es nuestra fuerza y nuestra capacidad real.
Aquellos que logran la Liberación en esta época son elogiados en los textos tántricos por las condiciones nefastas en las que viven, pero también se reconoce que no tienen ni cercana capacidad a la de los hombres de otras eras. Por eso para ellos los cultos y ritos se simplifican, lo que no significa que se vuelvan realmente fáciles y de logros accesibles a todos.
La gran mayoría que prueba en la iglesia fracasa, aun con su mejor voluntad, ¡y eso que no buscan nada más que su salvación! ¡imagínate si quisieran seguir los requisitos que se demandaban en cualquier tradición de la edad de bronce!
Apreciado Raúl, comentando tus últimos cinco mensajes:
Comentarios por septentrionislux mayo 1, 2011 @ 11:30 amCuando yo infería que quizás, por tus palabras, la influencia de los ritos exotéricos es de corte psíquico estaba pensando en que lo único que éstos consiguen es un efecto en la mente del fiel, tal vez un efecto en el sentido de proporcionar un cierto sosiego en la psique del desasosegado hombre caído y una mayor predisposición hacia lo Alto. No estaba, pues, pensando en poderes ni en magia.
Dices que «las influencias en una religión pueden ser espirituales sin ser iniciáticas. No hay problema con esto. De hecho, toda la ayuda angélica en la vida de los santos lo testimonia. El mismo Espíritu Santo no se manifiesta en la religión cristiana como iniciático sino solo como religioso».
Esta influencia nouménica («ángeles») o Espiritual («Espíritu Santo») tendría -dentro del contexto religioso presentado por el cristianismo- efectos, tan solo, psíquicos en el sentido que he señalado anteriormente.
La influencia «espiritual» de las religiones no puede evitar la segunda muerte en el creyente ni barrarle «las puertas del infierno». La segunda muerte sólo se evita gracias a la Iniciación. El devoto no podrá evitar el Hades y vegetar, tras su muerte física, cual si de una larva se tratase. No hay ´gracia divina´ que valga y que nos «salve» debido a la actitud pasiva que conlleva sino que, por contra, sólo se puede ir en busca de la Liberación a través, exclusivamente, de la Iniciación.
La Iglesia puede creer en la salvación de los santos pero por muy piadosos y buenos que éstos sean la piedad y la bondad no son más que atributos morales y/o psíquicos que no sobrepasan por tanto, el plano humano y que no pueden Integrar al hombre en lo Sobrehumano.
Evola supo ver lo que une a las doctrinas Tradicionales ortodoxas. Otro cantar es no querer admitir que la aparición y, peor todavía, la hegemonía espiritual del sacerdocio (religiosidad lunar y pasiva) no implica una caída de nivel y un desenganche con respecto a la Tradición Primordial; caída que Evola percibió con total claridad.
Las influencias contrainiciáticas operan a nivel de fuerzas sutiles (éstas -los numens- son de carácter metafísico aunque formen parte de la manifestación). Éstas acaban influyendo, a su vez, en lo psíquico.
Comentas que: «…mientras que las organizaciones que manifiestan estas posibilidades estén vivas y activas, sus doctrinas y ritos conservados y transmitidos ortodoxamente, poseen una eficacia real para lo que se proponen, más allá de las capacidades particulares de sus miembros.»
Nos cuesta admitir no tan solo que ´estas organizaciones´ estén vivas y activas sino incluso el que alguna vez lo hayan estado…
El tantrismo admite la dificultad de la Liberación, en pleno kali-yuga, a través de la vía apolínea, de la mano derecha o vía seca (de la que habla la tradición hermético-alquímica) y por esta razón ofrece la vía dionisíaca, de la mano izquierda, vía húmeda o lo que se entiende por ´cabalgar el tigre´, pero esto no comporta el que esta vía de la mano izquierda no implique una suprema dificultad para ser recorrida y, más aún, consumada. Además siempre se ha considerado, desde la Tradición, que el mayor enfangamiento en el que se halla el hombre moderno exige de un mayor impulso (=mayor esfuerzo) para salir de él en el intento de recorrer el camino que lleva a la palingénesis y, en definitiva, al Despertar y siempre se ha considerado que este mayor impulso puede llevar al Hombre a mayores cuotas de descondicionamiento que las que, en general, podía lograr en edades de menor decadencia. Esto es, que el Hombre de la Edad de Hierro (y más aún de su etapa crepuscular: la de ´el Quinto Estado´) puede incluso llegar a ser ´más que un dios´ gracias a este mayor impulso dado.
Saludos para alguien como tú que se halla en esta nuestra misma trinchera de la Tradición:
Eduard Alcántara
«La influencia “espiritual” de las religiones no puede evitar la segunda muerte en el creyente ni barrarle “las puertas del infierno”». No es así y la influencia es espiritual, no «espiritual», ya expliqué porqué.
«El devoto no podrá evitar el Hades y vegetar, tras su muerte física, cual si de una larva se tratase.» No creo que sepas lo que la devoción ni religiosa ni esotérica puede hacer.
Y aunque no seas un devoto no creo que por convicción puedas superar el Hades, porque más allá de tus creencias, es lo único que en verdad posees. No se logra la salvación fuera de una tradición, no importa lo que diga Evola, que en verdad es totalmente opuesto a lo que dicen todas las tradiciones al respecto. Y la forma en que Evola encaró el tema de los que despiertan «solos» es totalmente incorrecta y por ende heterodoxa.
Hay una confusión en lo que posibilita la religión y la iniciación. La iniciación en los misterios menores, otorga una completa reintegración, es decir, una humanidad completamente regenerada (¡y obvio que está salvada!).
La salvación de las religiones, que es solo salvarse de la disolución, es solo una mantención de la conciencia del individuo en el mundo sutil, y nada más. Y respecto a esto hay grados indefinidos, aunque sin llegar a la perfección humana. Y ya dije que solo la minoría de la minoría lo logra.
Respecto a las posibilidades de los santos, hay que ver lo que Dante dice en su Divina Comedia, salvo que no se crea en ella o se lo mal interprete. Y también hay numerosos ejemplos en el Islam, de hecho es tradición sharaíta que Alí estaba prometido al Paraíso antes de su muerte, y él lo sabía, como muchos otros.
«Evola supo ver lo que une a las doctrinas Tradicionales ortodoxas. » Por lo contrario, en muchas ocaciones fue a contramarcha. Por ejemplo respecto al sacerdocio, primero, el sacerdocio en el ámbito de lo iniciático, no es el mismo que en el religioso.
Segundo, en ninguna tradición se piensa en verdad que la contemplación sea lunar (a menos que se esté hablando en sentido religioso), estas son ideas de Evola y de quienes lo siguen. Y esto es un hecho tan solo porque los «evolianos» nunca entendieron lo que la contemplación significa.
En todo caso, cuanto Evola pudo ver lo que une a las tradiciones, lo hizo gracias a las enseñanzas de Guénon, puesto que si no fuera por él, nunca jamás hubiese podido saber y entender algo sobre la tradición de manera correcta, ya que no tuvo nunca una enseñanza tradicional. Todo lo que escribió de ortodoxo conforme a la tradición se lo debe a Guénon.
«Las influencias contrainiciáticas operan a nivel de fuerzas sutiles (éstas -los numens- son de carácter metafísico aunque formen parte de la manifestación).»
De vuelta no, decir que las influencias contrainiciáticas son de caratcter metafísico es desconocer la naturaleza de estas influencias y no entender lo que lo metafísico comporta.
Y los númenes no son influencias contrainiciáticas. No estás entendiendo lo que son estas influencias. La resistencia de los númenes al iniciado no es contrainiciática, es natural para mantener el orden establecido, de hecho y en verdad son resistencias del mismo ser, puesto que son autodeterminaciones para su manifestación. Deberías leer uno de los capítulos de La Gran Tríada, llamado «El Ser y el Medio».
Las influencias contrainiciáticas, que también son psíquicas, no pretenden mantener el statu quo sino destruirlo (ni siquiera el del ego) . Deberías leer sobre el estado interior que en vida poseían los adherentes de Gurdjieff y él mismo para tener un ejemplo, muy diferente de aquellos que sacrifican a Ogun, o realizan invocaciones planetarias por dar un ejemplo. Dicho sea de paso, un Gurdjieff que más allá de ciertas críticas, gozaba de cierta admiración y respeto por Evola, cuando Guénon decía que lo mejor era huirlo como a la peste.
A riezgo de resultar ofensivo y pido disculpas de antemano ¿alguna vez te has enfrentado a una influencia contrainiciática? digo, algo más allá de los libros. No me gusta decir esto porque en verdad parece pedante, pero he tenido muchos enfrentamientos con los llamados jinn, los cuales se me han aparecido en forma de animales y monstruos, en sueños y en vigilia, inclusive como obstáculos invisibles que parecían una pared de electricidad, he conversado con ellos, y también con los llamados númenes y créeme, comparar a estos con influencias goéticas es realmente desconocer su realidad. Los númenes son a las fuerzas goéticas lo que los planetas son a los metales. Esto es una perfecta analogía para avisorar algo.
«Nos cuesta admitir no tan solo que ´estas organizaciones´ estén vivas y activas sino incluso el que alguna vez lo hayan estado…» ¿Si? ¿y cuáles son tus valencias tradicionales para decir esto? digo, fuera de una opinión.
El problema siempre es el mismo, para saber sobre una tradición hay que aprender de ella, no en las opiniones que Evola tuvo de ella. Evola opinaba, muchas veces, no por tradición, sino porque pensaba de cierta manera, puesto que nunca tuvo ninguna tradición. Pero no hay autoridad alguna sobre la tradición fuera de la misma. Porque las autoridades están adentro,no afuera. De hecho, mientras que Guénon fue reconocido e inclusive buscado por las autoridades tradicionales, Julius Evola lo único que obtuvo fue la aceptación de sus adherentes.
Comentarios por Raúl julio 27, 2011 @ 1:56 pmApreciado Raúl.
Como apostilla a cierto tema que hemos ido tratando en nuestros intercambios de pareceres y que hace referencia a un supuesto ninguneo por parte de Evola al seguimiento de las vías Tradicionales que pueden adoptarse con miras a encarar la transustanciación del ser humano, no está de más que te añada unos comentarios que hice hace un tiempo resumiendo la visión que Evola tenía sobre Krishnamurti:
«El maestro italiano también nos avisa de la ruptura de Krishnamurti con la Tradición al no admitir -el indio- vías prefijadas a seguir en los procesos internos que él propone. Parece que en la mente de Krishnamurti lo espontáneo tendría mucho que decir en dichos procesos liberadores internos; lo cual, entre otras razones, lo sitúa dentro del neomisticismo. Así nos dice Evola que para Krishnamurti:
“Cuando caen por tierra todas las barreras, cuando no hay nada en nosotros que sea determinado por el pasado o por lo ya conocido, nada que tienda hacia algo, en ese momento podría tenerse conocimiento del verdadero sí, la aparición de lo que Krishnamurti alguna vez llama ´lo desconocido´, como un hecho espontáneo y con carácter de imprevisto, y no como el ´resultado´ de una disciplina, de un método y de una iniciativa del yo.”
Y en el mismo sentido, sobre lo antitradicional y lo espontaneísta de la doctrina del autor indio, Evola nos escribe que: “en una declaración reciente incluyó al mismo zen (junto con el hinduismo, con el método cristiano y con ´todos los sistemas´) entre las ´patrañas´, diciendo que una mente que se ejercita en base a cualquier sistema o método ´es incapaz de comprender lo que es verdadero´.”
Saludos:
Eduard Alcántara
Comentarios por septentrionislux mayo 17, 2011 @ 2:41 pmApreciado Raúl (comentando tus líneas del 27 de julio):
Comentarios por septentrionislux agosto 2, 2011 @ 10:28 amObviamente por ´convicción´ no se puede superar el Hades, sino por Iniciación. Con la devoción no se llega a lo que denominas como la ´salvación de las religiones´ sino al simple pitra-yana o ´vía de los antepasados´, que no es otra cosa que la de seguir, tras la muerte física, presos del devenir o samsara, sin posibilidad de que el individuo conserve su caduca conciencia individual.
El sacerdocio no conoce más que del fideísmo. Bien diferente son los oficiantes de tales o cuales ritos que en el Mundo de la Tradición eran Iniciados.
Contemplación es igual a enfoque pasivo del hecho Trascendente. Sin enfoque activo (´vía interior de la acción´) son imposibles los procesos de transustanciación internos propios de la Iniciación. De todos modos concibo que hay quien entiende ´contemplación´ en el sentido de ascesis (´vía ínterna activa´) ….¡ningún problema, pues se trata, tan solo, de una cuestión terminológica!
Para ensalzar el legado de Evola no voy a zaherir el de Guénon, pues estoy contigo en la importancia basilar de la influencia de Guénon en Evola, aunque, por supuesto, todo lo que Evola escribió sobre la Tradición es ortodoxo y la mayoría no se lo debe a Guénon, pues muchas doctrinas y ciclos sapienciales expuestos por Evola no los trabajó Guénon; ambos fueron complementarios y no se pisaron el terreno.
En Guénon se da una cierta especial inclinación hacia las Religiones del Libro. Ya sabemos del sectarismo de éstas. Pues bien, algunos de sus seguidores (la «escuela guénoniana») padecen de cierto sectarismo; que es, por otro lado, una de las razones que les ha hecho inclinarse más por la obra de Guénon que por la de otros. Este cierto sectarismo (en el cual no quiero incluirte, amigo Raúl) les hace, p. ej., el abominar de Evola. Este rechazo frontal no se da contra la obra de Guénon entre los evolianos; al contrario, entre éstos no cabe más que el reconocimiento a la indispensable aportación hecha por Guénon.
No es mi intención menoscabar a Guénon para defender a Evola argumentando que si el francés fue reconocido por los ´autoridades «tradicionales»´ lo fue, básicamente, en el seno de un islamismo al que como Religión del Libro´ se sentía muy atraído.
¿Pueden los numens suponer influencias contrainiciáticas? Pues sí. El tantrismo nos habla de los gunas como de fuerzas de la manifestación, que nosotros podemos equiparar a numens. Existen tres tipos de gunas: sattva, rajas y tamas. El Iniciado transmuta rajas (la fuerza que nos arrastra por el devenir; fuerza de la vida) en sattva (la que nos hará uno con el Ser Incondicionado). En el contrainiciado ha sido tamas (la fuerza que arrastra hacia lo bajo) la que se ha enseñoreado y altera irremediablemente su psique (en esto coincidimos, ya que dices que las «influencias contrainiciáticas también son psíquicas»; lo son, repito, como consecuencia de la acción de tamas en la mente).
Gurdjieff tiene sus luces y sus sombras, pero no hay que borrarlo del mapa de antemano sin antes analizarlo y después sacar conclusiones. Seguramente el estado interior (al que aludes) de los adherentes de Gurdjieff tenía mucho que ver con aquello de no ´echarles perlas a los cerdos´, pues en un mundo disoluto como el actual seguramente sus adherentes no tenían la capacitación interna para adentrarse por los caminos de la transutanciación interna y cuando lograban cierto descondicionamiento se quedaban sin nada (convertidos en autómatas y/o en el umbral de desquiciarse; o traspasando dicho umbral): se quedaban sin lo que nos ata al mundo (condicionamientos) pero también sin la posibilidad (por incapacidad) de aprehender lo Metafísico. Probablemente a Gurdjieff le sucedía lo mismo. Es por lo que pasó Nietzsche (rayó la locura…) -y su superhombre-: después de liberarse de ataduras (códigos morales,…) se quedó sin suelo bajo los pies pero también sin un referente de lo Superior que ni entraba en su ecuación personal y que, seguramente, ni tenía la potencialidad de activar; se quedó sin nada.
No dudo de tus experiencias con los llamados jinn. Un hombre guiado por los principios de la Tradición no fantasea ni miente y tú sin duda estás guiado por dichos principios. Es de alabar que hayas tenido los arrestos de encaminarte por los caminos que llevan a la palingénesis. Sin duda estás capacitado para superar las fuerzas que arrastran hacia lo bajo y que se cruzan en tu periplo interno (¡¿quizá ya las hayas superado del todo!?).
No te voy a negar que subsistan organizaciones iniciáticas, pues si tú me afirmas que existen no tengo porqué dudarlo. Te creo solvente para distinguir una pseudoorganización de una auténtica y te creo sincero, pues un hombre que aspire a serlo de la Tradición abomina de la mentira. Sin duda la existencia de estas organizaciones constituye, en esta fase crepuscular del kali-yuga, todo un rara avis.
Saludos cordiales: Eduard Alcántara
Primero gracias por tus palabras Eduard. No sé si estoy capacitado para superar las fuerzas inferiores, lo que sí sé es que me hubiese gustado no meterme con ellas en el pasado, pues tengo un pasado mágico, de tal forma que cuando me enteré que existía el camino de la iniciación ya me había vinculado demasiado con los jinn, esta es la verdad no dicha hasta ahora. Y la lucha que tengo no parece decrecer, asi que no sé como terminará todo. Por eso me alegro de gente como Alejandro Pinkler que nunca se mezclaron con ellas y no tienen escollos iniciáticos «especiales», lo cual no es mi caso. Lo que si sé es que sin mi problema hubiese llegado lejos y rápido , porque conozco muy bien mis cualificaciones, pero así como estoy, no hay nada decidido.
Comentarios por Raúl agosto 2, 2011 @ 6:20 pmNo estoy en contra de la magia, salvo de la goecia, la cual es un engaño aun cuando se cree dominar a los espíritus con los cuáles uno trata.
No voy a insistir respecto a ciertos temas, pero si respecto a los gunas y a Gurjieff.
Los gunas son, básicamente, cuálidades y/o disposiciones de todas las cosas, los númenes, como el resto de los seres, tienen gunas diferentes, pero no son los gunas.
Por númenes solo tuve en cuenta a los arcontes celestes, no a los poderes infernales. Pero bueno, ciertamente Plutón con toda su gente no deja de ser un númen, asi que me retracto.
Los arcontes (celestes) son rajásicos, por eso se encargan del desarrollo y la manutensión de todas las cosas, mientras que obviamente Plutón y demás son tamásicos. Pero a sattva, rajas y tamas, los tenemos todos en mayor o menor medida. Ciertamente al ser cualidades también son determinaciones, son condiciones, pero inclusive los númenes están determinados por estas.
Gurgieff no fue un iniciado, sinó un contrainiciado, y realmente hay que hacerlo a un lado por seguridad. Él recibió una transmisión en la tariqa Naqshbandi (yo hablé al respecto con miembros de dicha tariqa) para la comprensión de ciertos secretos, secretos que después bastardeó, como has dicho, pero nunca fue un iniciado. Toda la doctrina de Gurdjieff es una monstruosidad satánica, no es dificil verlo, lo que puede parecer iniciación está invertido. De hecho nunca pudo probar con claridad de dónde vinieron sus poderes y las inspiraciones para su antidoctrina. Realmente conviene dejarlo de lado, y rápido, como a Crowley y tantos otros de la misma calaña. Quizá has leído «Gurdjieff A La Luz De La Tradición» de Whitall N. Perry» sino te lo recomiendo, aunque muchas cosas son solo interpretaciones del autor, es lo mejor que he visto hasta ahora.
Saludos amigo.
Me olvidé una cosa, respecto a «si el francés fue reconocido por los ´autoridades “tradicionales”´ lo fue, básicamente, en el seno de un islamismo al que como Religión del Libro´ se sentía muy atraído.»
Comentarios por Raúl agosto 2, 2011 @ 6:36 pmPues no, de hecho el primer reconocimiento le llega de iniciados en el Vedanta de shankaraya, los cuales lo van a buscar, le enseñan y lo inician. Pasa lo mismo con ciertas autoridades taoístas, estando Guénon ya iniciado por Angeli, y luego Marco Pallís confirma la exactitud de sus escritos por ciertos lamás tibetanos (sacando la época en donde no aceptaba al budismo como una tradición ortodoxa, claro). En fin, los reconocimientos no le llegaron solamente del Islam. Inclusive el último, reconocido y aceptado por todas las autoridades hindúes, jîvan-muckta Ramana Maharishi lo llamaba «el gran sufi».
Amigo Raúl:
Comentarios por septentrionislux agosto 3, 2011 @ 2:10 pmCuanto más se desciende a los infiernos más alto se puede llegar en el camino de la transformación ontológica de uno mismo, pues mayor es el impulso que se debe dar para salir de la ciénaga. Seguro que tú -tras tus peligrosas experiencias anteriores- podrás aplicar, en tu camino, esta certeza.
Sobre los gunas te concedo una certeza y especifico otro asunto. Te concedo que son cualidades o modalidades de la shakti según el tantrismo, pero son fuerzas, poderes o numens según el Shamkhya (no según el tantrismo como yo había comentado en el anterior e-mail).
En verdad el caso Gurdjieff puede ir más allá que el caso Nietzsche, pues éste simplemente era ajeno a lo metafísico y, en cambio, Gurdjieff, en efecto, tiene aspectos inquietantes que empujan a creer que lo suyo penetra en el campo de la contrainiciación, pues sus poderes no parecen tener el uso apropiado de un Iniciado. (…Recuerdo la anécdota que de él se cuenta sobre que hizo entrar en orgasmo a una periodista ensoberbecida que le señaló con cierto desdén en un restaurante de Nueva York con el objeto de indicarle al comensal con el que compartía ella mesa quién era Gurdjieff…)
Sobre “si el francés fue reconocido por los ´autoridades “tradicionales”´ lo fue, básicamente, en el seno de un islamismo al que como Religión del Libro´ se sentía muy atraído”, he de subrayar el ´básicamente´, pues lo he utilizado en lugar del ´exclusivamente´ que no respondería, como bien demuestras, a la realidad. El reconocimiento vario recibido por Guénon es prueba de su alta competencia en materia de Tradición.
Ya te he comentado que por ensalzar la obra evoliana no voy ni a rebajar ni una décima la importancia capital de la guenoniana ni voy a entrar en absurda carrera por competir en demostrar los también cualificados reconocimientos que recibieron algunas obras de Evola por parte de autoridades en tradiciones como, p. ej., la tántrica o la budista.
Saludos:
Eduard
¡Cierto! porque el Shamkhya se ocupa solo de la manifestación.
Y aun hay una sutil diferencia que hacer respecto al pitri yana, y es que si bien lógicamente todo el que no se salva va por el camino de los ancestros, no necesariamente lo hace mediante el desarrollo que otorga la contrainiciación. Es aquí donde hay una diferencia esencial. Las personas comunes que ejecutan los ritos a los dioses celestes, tales como Mercurio entre los romanos, Eshu entre los yorubas, o Qetzalcoatl en las culturas mesoaméricanas, no logran el desarrollo de aquellos llamados «magos negros» que rinden cultos a poderes infernales.
De hecho, los dioses no son sublunares, no son del pitri yana, aunque se manifiesten mediante poderes psíquicos dentro de las posibilidades formales, dentro del pitri yana, aunque su manifestación esté por debajo de la luna.
Los «cielos» planetarios son expresiones de estados informales. Se dice que los dioses celestes son inmortales debido a que sus principios simbolizados por los planetas están por encima de la luna. Es decir, están por encima del mundo de las formas que es corruptible.
Es la no identificación con los dioses (en tanto diversos estados espirituales) por parte de quienes le rinden culto, (pues para hacerlo deberían pertenecer a un camino iniciático) lo que hace que deban transmigrar una vez agotado su buen karma, de hecho esta es la enseñanza tradicional que se encuentra en ciertos libros sagrados hindúes, pero hasta que se agote su buen karma se encuentran en estados sutiles benéficos. Estos son los que erran que específíca el Corán y son la inmensa mayoría de las personas tradicionales.
La contrainiciación, encierra indefinidamente a los contrainiciados en estados no solamente inferiores, como los de más arriba, sino también y a excepción del caso anterior, infernales, correspondientes a los demonios cultuados por ellos, fuerzas que se enseña son de carácter sublunar, no porque sean psíquicas (porque de hecho las nombradas de más arriba también lo son en tanto causa inmediata de acción sobre el mundo corpóreo, no como causa final) sino porque su principio espiritual ha sido cortado, por eso son ángeles «caídos». Estos contrainiciados son los condenados que específica el Corán que son la gran minoría invertida de las personas tradicionales.
Esta diferencia es esencial, porque sinó se cree que el culto a los dioses celestes es contrainiciático, lo cual no es así, imagínate tu que estaríamos diciendo que el pueblo hindú es contrainiciático, lo cual ninguna de las tres castas con la posibilidad de nacer dos veces lo sostendría. De hecho son los brahamanes los que dirigen los cultos de los dioses para el vulgo.
El culto a los dioses celestes no se opone a la inciación, es el culto a los dioses infernales el que se opone, porque se opone a los iniciados; ¿qué problema tendrían con aquellos que piden a Afrodita por un buen matrimonio?. Luego es la contrainiciación la que es disolvente, no las religiones de Estado, como la romana, por citar una, porque su función natural es mantener el statu quo.
Aquí se ve muy bien la diferencia que hay entre rajas y tamas.
Comentarios por Raúl agosto 5, 2011 @ 2:17 pmBuen texto! Pero el budismo, en las corrientes hinduìstas, se le cataloga de nastika, osea, que no reconoce ninguna divinidad y es hasta contrario a los vedas; y nastika tambièn es la doctrina lokayata de charvaka y ashita muy similar a los epicùreos en Grecia quienes son totalmente fatalista, nihilista y en donde no hay espìritu ni alma ni posibilidad de salvaciòn, trascendencia, individuaciòn o algo que apunte a un estado espiritual; es puro materialismo. ¿Còmo se puede ligar o establecer un paralelo entre el budismo, que apunta que todo es vacuidad, con doctrinas que establecen que sì hay un YO, un alma, un purusha ontològico individual y posibilidad de espiritualizarse en este mundo fìsico y post mortem?
Comentarios por Tiubel enero 9, 2017 @ 7:13 pmInteresantes aportaciones. La vacuidad de la que habla el budismo es el resultado de haber Despertado el No-Ser (lo Inmanifestado e Indefinible: el Principio Primero) en el interior de uno. Ese es el significado de algunas esculturas de Budas gordos (el No-Ser ha «ocupado» su interior).
Comentarios por septentrionislux abril 10, 2017 @ 10:44 pmSe puede leer «El budismo zen. Prólogo»: https://septentrionis.wordpress.com/2016/07/03/el-budismo-zen-prologo/
[…] Para una aproximación a las ‘vías de ultratumba’ descritas en el Bardo Thödol se puede consultar el cap. VIII (“La ilusión reencarnacionista”) de nuestra ya referida obra “Reflexiones contra la modernidad”. Asimismo se puede encontrar su contenido en https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/la-ilusion-reencarnacionista/ […]
Pingback por EL ALCANCE DE ERNST JÜNGER | Julius Evola. Septentrionis Lux octubre 28, 2018 @ 11:46 amEn nuestro foro Traditio & Revolutio puntualizamos (a propósito de la impostura teosofista) asuntos con el objeto de disipar posibles confusiones y en el trasunto de dichas puntualizaciones volvió a surgir, como no podía ser de otro modo, el tema de la libertad del hombre, contrapuesto, en esta doctrina de la «transmigración de las almas», al de cualquier tipo de fatalismo, como el que se implementa de las «leyes» del «progreso universal» y de la «evolución» tan caras a esta anomalía que es el mundo moderno. Citamos a Julius Evola:
«Una errónea interpretación del karma (=acción) del que habla la tradición hindú llevó al teosofismo a elaborar la noción de la «reencarnación» (implementada de evolucionismo y progresismo) que nada tiene que ver con las certidumbres de la Tradición y con lo que en justicia habría que denominar «transmigración» del componente imperecedero del ser humano: el Atman.
Comentarios por vitamilitiaest febrero 2, 2019 @ 10:11 amCualquier acción (karma) tiene sus consecuencias. Uno es libre de emprenderla o no. En el capítulo IV («Crítica del teosofismo») de su libro «Máscara y rostro del espiritualismo contemporáneo» (Ediciones Alternativa) Evola escribe que en el teosofismo «el karma pasa de las posturas de la libertad a aquellas, típicamente modernas, de una especie de determinismo evolucionista.» Para añadir más adelante que «según las miras teosóficas, los «dioses» y los adeptos serían seres que han sido elevados en la «evolución», y menos «adelantados» los animales, «nuestros hermanos menores». Pero será cuestión de tiempo: todos llegarán a puerto, aquellos que vayan más adelante «sacrificándose» por los demás y las variedades del karma habrán servido solamente de instrumento al «progreso universal». «(…) No es, pues, de extrañar que con frecuencia esta noción (del karma) desde el plano de un realismo trascendental pase al de un moralismo más o menos filisteo, convirtiéndose en una espada de Damocles suspendida sobre la cabeza de quien no se conforma con las «leyes de la evolución» y con los relativos corolarios altruistas, humanitaristas, igualitaristas, vegetarianos, feministas y así sucesivamente, profesados por el movimiento (teosófico)…»
Evola continúa sus críticas al «reencarnacionismo» defendido por los teosofistas y así afirma (entiéndase, a continuación, ´alma´ como atman; en otras obras ha denominado el atman con el vocablo ´espíritu´) que «el alma no procede de otros cuerpos, sino de otros «mundos», esto es, de otras condiciones de existencia y no va dentro de otros cuerpos, sino que, librándose de los «infiernos» y conformándose con su fin sobrenatural va dentro de otros de estos «mundos». El repetido pasar del alma (…) bajo la condición de un cuerpo humano, representa un caso absolutamente excepcional: Para el alma puede ser una transmigración: cosa muy distinta de la reencarnación, que puede verificarse solamente mediante principios inferiores, en general colectivos e impersonales del compuesto humano». «(…) Se puede decir que la «reencarnación» es una idea justa, si se refiere solamente a aquel ente irracional que, destruido un cuerpo, en su afán constante e insaciable de vida pasa a otros cuerpos, pero nunca elevándose a un plano superior».»
[…] (1) Para ampliar el conocimiento acerca del entramado de ambas vías de ultratumba se puede consultar nuestro trabajo “La ilusión reencarnacionista”: https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/la-ilusion-reencarnacionista/ […]
Pingback por PARAÍSO MUSULMÁN VS PARAÍSO JOSÉ ANTONIO | Julius Evola. Septentrionis Lux septiembre 24, 2019 @ 5:46 pm[…] en el transcurso de un escrito que llevaba por título “La ilusión reencarnacionista” (https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/08/la-ilusion-reencarnacionista/), por lo cual no vamos a repetir aquí todo las experiencias con las que se encontrará el alma del […]
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