Julius Evola. Septentrionis Lux


MARCHA EN LA VÍSPERA DE REYES
enero 13, 2024, 12:43 pm
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MARCHA EN LA VÍSPERA DE REYES

«NO TODOS LOS QUE VAGAN ESTÁN PERDIDOS.» – J. R. R. TOLKIEN

«NO TODOS LOS QUE VAGAN ESTÁN PERDIDOS.» 

J. R. R. TOLKIEN

«VEO MI CAMINO, PERO NO SÉ ADÓNDE CONDUCE. ES NO SABER ADÓNDE VOY LO QUE ME INSPIRA PARA RECORRERLO.»

ROSALÍA DE CASTRO

   Con motivo de la víspera de la Epifanía del Señor (05-XII-2023), varios camaradas de la Hermandad Barcino-Rubricatus efectuamos una marcha por el Baix Penedès, concretamente entre la parte alta de la Torregassa, a los pies de la sagrada Sierra del Montmell, y El Papiolet, ambos pueblos pertenecientes al municipio de Sant Jaume del Domenys, en la provincia de Tarragona; ruta básicamente cómoda y de apenas unos 10 km de distancia, pero con varios elementos arquitectónicos e histórico-artísticos de gran interés. Hay que señalar, que el municipio de Sant Jaume dels Domenys es de origen romano, apareciendo documentado hacia la primera mitad del Siglo X como Vila Domenio, formando -ya en época medieval- parte de la ruta que conducía a los peregrinos hacia Santiago de Compostela. En este municipio hay varios restos de la época romana como un acueducto (pésimamente conservado y en estado ruinoso, cerca de un polígono industrial…), un embalse y puente, así como elementos pertenecientes a la época medieval como un asentamiento con restos de una necrópolis datado entre los Siglos X-XI o la pila bautismal de la parroquia del municipio decorada con elementos vegetales, geométricos y figurativos datada entre los Siglos XII-XIII; destacar también que -para variar-, dicha parroquia también sufrió destrozos durante nuestra Cruzada por parte de la criminal chusma sindiós… En la Torregassa, punto de partida de nuestra marcha, visita a la bella Capilla de San Antonio Abad de principios del Siglo XIX, adosada a la masía del Cal Palau del Siglo XVIII; buenas panorámicas desde la plazoleta del complejo arquitectónico de los grandes campos de cultivo que rodean a la localidad. Dicha capilla se utiliza para hacer misas dos sábados al mes, en cuyo altar mayor hay una imagen de San Antonio de Padua.  

   Caminando entre campos de cultivo de secano, olivos y bosques de pino blanco, llegamos hasta el Papiolet, un pequeño y tranquilo pueblo ubicado a 180 metros de altitud sobre el nivel del mar; pueblo también de origen medieval situado a la izquierda de un torrente, a pie del Montmell y entre los municipios de la Bisbal y Llorenç del Penedès. Llegamos a nuestro objetivo, una construcción sagrada de las muchísimas que se levantaron durante el denominado «primer franquismo»: la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, una curiosa construcción de tipo neo-barroco del año 1950. En los años 40 del pasado siglo precisamente entre la Torregassa y el Papiolet se disputaron la construcción de una iglesia, ya que los feligreses hasta entonces tenían que desplazarse hasta la parroquia de Sant Jaume dels Domenys para asistir a misa, ganando finalmente la disputa el Papiolet, ello por suscripción popular (¡igualito que hoy!), y a espaldas del obispado que literalmente pasaba del tema, inaugurándose el 6 de agosto de 1950. En las fiestas del pueblo en agosto, se efectúa una espectacular procesión a pie desde Sant Jaume del Domenys hasta el Papiolet trasladando una imagen del Santísimo.

   Cerca del altar mayor hay una imagen de la Madre de Dios de los Ángeles, y en el antependio del altar hay una imagen del Cristo resurrecto y victorioso (1) en disposición orante mostrando las 5 llagas: costado, manos y pies, ello en posición casi ingrávida y portando una sábana o túnica de color rojo; en el hermetismo occidental dicho color es símbolo de Victoria y de Iluminación, la «Obra al Rojo»: «Es el esplendor del Espíritu simbolizado por un Rey que surge del huevo filosófico (simbolizado por la cripta, el sepulcro) rodeado de rayos luminosos, coronado y con un manto rojo (el manto de los Reyes)… Rey que hubo de morir y ser enterrado para renacer luego a la vida y alcanzar toda su gloria, pasando a través de siete dominaciones. El Sol es en el hombre la chispa divina que, aparentemente, muere cuando el alma penetra en la mansión de Saturno (la materia). Después de esta muerte, renace y tras ascender por las siete etapas del conocimiento, se convierte en el “León Rojo”, el elixir que todo lo transmuta» (J.P. de la Cruz).

   Ya adentrados en el pueblo y una vez de avituallarnos en una pequeña tienda, accedemos a la antigua sede de la Cooperativa Sindical Agrícola del Papiolet, hoy reconvertida en sociedad cultural y recreativa, un bello edificio de 1916 ubicado en la plaza del pueblo. En el bar del mismo tomamos un refrigerio para luego emprender la marcha de vuelta al punto de origen, esta vez por un sendero en gran parte paralelo a la carretera que nos lleva directos a la Torregassa. Lo más duro de esta corta caminata, es el último tramo conocido como El Papagayo, una fuerte pendiente que nos conduce hacia el alojamiento rural ubicado en una zona espectacular en la falda de la montaña y rodeado de bosques e impresionantes vistas de la Sierra del Montmell con su espectacular Talaia al fondo. Como dato curioso señalar que todas las calles de esta zona tienen nombre de aves: Xixella, Oreneta, Esparver, Russinyol, etc. 

   En todos nosotros, en los Hombres de la Tradición, hay una chispa del Fuego Sagrado que corre el riesgo de extinguirse si no lo avivamos. No somos inmortales, pero somos el vehículo de la Inmortalidad puesto que portamos en nuestro interior una porción de ese Fuego Sagrado, de la Chispa Divina, del «átomo crístico» como decían los hermetistas del Bajo Medievo. Nuestra verdadera lucha es hacer sagrado nuestro propio ser y, de ser así, conservaremos esa chispa del Fuego Sagrado que portamos en nuestro interior pero que muy pocos consiguen avivar, y más en este mundo en tinieblas y en pleno proceso de desintegración diabólica: “Espiritualizar la materia, materializar el espíritu”; unificar la carne, el alma y el espíritu en una síntesis superior y en una gradación jerarquizada encaminada hacia lo Alto y hacia lo Absoluto.

   Ya en el alojamiento rural, barbacoa, buen alimento, buenas conversaciones y risas y, para terminar, unas buenas lecturas para finalizar la jornada con vistas a la caminata del día siguiente.

FUERZA HONOR Y TRADICIÓN

Joan Montcau

NOTAS: 1). El carácter simbólico de la obra, incluso iniciático, es claro: «Es una obra realizada con cerámica refractaria policromada que ocupa la hornacina central del antependio del altar. Otras doce hornacinas flanquean la imagen principal distribuidas en dos filas de tres imágenes cada una que representan a los Apóstoles. En cada lateral del altar otras cuatro hornacinas representan a los Cuatro Evangelistas y a los Santos Pablo, Tecla, Fructuoso, Augurio y Eulogio (en una misma hornacina) e Isidro… En esta obra se hace patente el vínculo de la Resurrección de Cristo bajo el testimonio directo de los Apóstoles de la que dan fe los Evangelistas y por la que Mártires y Santos han entregado su vida seguros de la recompensa de la Vida Eterna». Y ya que estamos recordando la Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo, los tres Reyes Magos en el simbolismo hermético occidental eran asimilados a los tres elementos de la Gran Obra –Opus Magnum-: Nigredo, Albedo y Rubedo; las tres fases o etapas para la consecución del Lapis/Christus Philosophorum



SAN CARLOMAGNO
enero 3, 2024, 10:01 pm
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              Imperator Romanorum

   Para los historicistas modernos la etapa conocida como Edad Media, en términos convencionales, tuvo un milenio de duración; concretamente entre la caída del Imperio Romano de Occidente (476) y la caída del Imperio Romano de Oriente (1453), pero habría que matizar ambas fechas. Partiendo de la cosmovisión tradicional y desde la doctrina sapiencial del mundo y de la existencia, para nosotros la verdadera ecúmene medieval tuvo lugar entre el áureo reinado de San Carlomagno y el triunfo definitivo del güelfismo en el Siglo XIV que abriría las puertas del luciferismo humanista y de la superstición progresista moderna; esto último fue el principio de la ruptura de Occidente con la Tradición Primordial. Así pues, el Medievo fue para nosotros el verdadero RENACIMIENTO, y no lo que vino después del derrumbe de esa verdadera «Edad del Centro» que fue el Medievo; una verdadera Revolución Tradicional instauradora de un nuevo Ciclo Heroico en Occidente. El 25 de diciembre del año 800 San Carlomagno fue coronado Emperador de Occidente por el Papa León III en la Basílica de San Pedro, naciendo el Sacro Imperio Romano. En la misma fecha en que la antigua paganidad romana celebraba el Dies Natalis Solis Invictus, en la misma fecha del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Sol de Justicia y Héroe Universal de todos los Ciclos Humanos, el Imperio Romano de Occidente era Restauratio y Continuatio, ello a través de la extraordinaria figura legendaria, mítica y metahistórica de ese gran Santo y Emperador Sagrado amante de las reliquias -de las que le gustaba portar y rodearse desde muy pequeño-, y cuya festividad tradicionalmente se celebraba el 28 de Enero, fecha de su muerte. El Emperador Carlomagno fue canonizado en Aquisgrán por el arzobispo de Colonia en el año 1165, y aunque su nombre no aparezca en el Martirologio Romano, desde el año 1176 se tolera su veneración como Beato; finalmente el Papa Benedicto XIV aprobó su culto en el siglo XVIII, refiriéndose a él con el título de Beato… Todos sabemos la aversión y repugnancia que el güelfismo vaticanista, sobre todo desde el triunfo de la subversión humanista y de la aberración democrático-progresista en el seno de la Catolicidad, ha sentido y siente por los Santos Guerreros y por los Emperadores y Reyes sagrados, por todo lo que simbolice virilidad, combate y espíritu de lucha y de conquista; con razón el gran pensador rumano Vintila Horia dijo en su día que, desde los Siglos XIV-XV el verdadero Cristianismo poco a poco ha ido siendo sustituido por el demoníaco Humanismo (y de ahí a la actual inmundicia tiránica postmoderna y transhumanista sólo había un paso). Hoy nos encontramos en una nueva época de caos, de absoluto hundimiento, de derrumbe, de descomposición a todos los niveles parecidos a los tiempos oscuros que siguieron al hundimiento del Imperio Romano de Occidente en el Siglo V, volveremos a las catacumbas como los primeros cristianos en medio de un mundo enloquecido presa de la barbarie homicida y la demencia titánica y telúrico-demoníaca, pero algún día ese Imperio Sagrado volverá a ser restaurado por el Rey que vendrá, el Rey Sagrado y Universal del que el gran San Carlomagno fue uno de sus más dignos precursores o avatares. La Cueva o la Catacumba como lugar de ocultamiento y de resistencia, sí, pero también de resurrección, de renacimiento espiritual: «Por ti serán reedificadas las antiguas ruinas, tú levantarás los fundamentos de las generaciones pasadas, se te nombrará reparador de brechas y restaurador de los caminos y calles para habitar» (Isaías 58:12).

  Joan Montcau

Monograma de Carlomagno: