Julius Evola. Septentrionis Lux


Vídeo: Yukio Mishima, por Eduard Alcántara. En revista de la Asociación Minerva
50 AÑOS DESPUÉS: ¡MISHIMA VIVE! | Geopolitica.RU
Reivindicando la contemplación


Vídeo. Conferencia en Acción Literaria Dünedain: «ORIENTACIONES», de Julius Evola. A cargo de Eduard Alcántara
ACCIÓN LITERARIA DÜNEDAIN – CONCILIOS A DISTANCIA | El Cadenazo

Conferencia en Acción Literaria Dünedain: «ORIENTACIONES», de Julius Evola. A cargo de Eduard Alcántara

Transcurridos más de dos meses desde que pronunciamos nuestra conferencia alrededor del libro de Julius Evola «Orientaciones», desde Acción Literaria Dünedain, organizadora del evento, han visto con buenos ojos que le podamos dar difusión más allá del ámbito de aquéllos que, en su día, nos pedisteis poder acceder a ella.
Se puede proceder a su audición a través de este enlace:
 

https://youtu.be/-5wamOqXXMM

 

https://www.youtube.com/watch?v=-5wamOqXXMM&feature=youtu.be&ab_channel=LiterariaDunedain

 
 


EL ALTAR DE HÉRCULES Y LA FUNDACIÓN MÍTICA DE LA CIUDAD DE BARCELONA

Vista previa de imagenVista previa de imagenALTAR DE HÉRCULES. MONTJUÏC (BARCELONA). CIVILIZACIÓN MADRE 10.000 ...

Wikiloc | Foto de Castell de Port / Castell de Montjuich (3/6)Wikiloc | Foto de Restes de l'antic Castell de Port (S. XI) (2/3)Barcino: los orígenes de Barcelona | LimesBuscando el rastro de Barcino por Barcelona : Passeig de GràciaEulalia de Barcelona - Wikipedia, la enciclopedia libre

EL ALTAR DE HÉRCULES Y LA FUNDACIÓN MÍTICA DE LA CIUDAD DE BARCELONA

«El pasado es un prólogo».

William Shakespeare

«El mejor profeta del futuro es el pasado».

Lord Byron

Cerca de 500 años antes de la fundación mítica de Roma (753 A.C.), según la mitología, Hércules, tras el cuarto trabajo de los 12 que le fueron impuestos en penitencia por haber asesinado a su mujer y sus hijos, se une a los argonautas liderados por Jasón en la búsqueda del Vellocino de Oro cruzando el Mediterráneo con nueve navíos. Una tormenta dispersó la flota cerca de la costa catalana, aunque consiguieron reagruparse todos salvo una nave. Jasón le ordenó a Hércules la búsqueda del noveno navío (Barca Nona), que encontró a orillas de la colina de Montjuïc (posiblemente la zona actualmente conocida por Can Tunis, antiguo barrio ubicado entre el Puerto de Barcelona y el Cementerio de Montjuic, demolido tras la ampliación del puerto en el 2004). Al parecer, a los tripulantes les fascinó tanto el lugar que con la ayuda de Hércules y Hermes fundaron una ciudad con el nombre de Barcanona sobre la cima del Mons Iovis (Monte de Júpiter, el actual Montjuic), Barcanona hopónimo pues de Barcelona. Esto en cuanto a la fundación mítica o legendaria de dicha ciudad. Dice también la leyenda que Hércules levantó un altar, bebió agua y una vez en la cima, tras observar fascinado toda la belleza que le rodeaba, decidió fundar una ciudad…

La fundación oficial e histórica de Barcelona lo fue en torno a los años 15 a. C. y el 10 a. C., durante el reinado del Emperador Augusto. El centro de irradiación, el «Axis Mundi» de la nueva ciudad romana, se ubicaría en un pequeño promontorio del llano de Barcelona cercano a la costa, el monte Táber (25 m altitud). El nuevo poblado recibió el nombre completo de Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino. El nombre de Barcino era una latinización de Barkeno, centro sagrado también para la tradición antecesora ibero-layetana (1). De hecho parece ser que los dos promontorios mencionados también fueron sagrados para los layetanos; recordemos, el Mons Iovis (fundación mítica por Hércules, Barcanona) y el Mons Táber (fundación histórica, Barcino), zona donde hoy están ubicadas las ruinas de un Templo dedicado a Augusto). Por otro lado resaltar que la ciudad de Barcelona, al igual que otras ciudades o centros sagrados del Mediterráneo como lo fueron Roma, Atenas o Jerusalén también están dominadas o asentadas sobre 7 cerros o colinas (2), curiosidades de la Geografía Sagrada…

Para acceder al llamado «Altar de Hércules» subimos por la parte sudoeste de la montaña, sin duda la parte más bella, boscosa y salvaje de la misma, y también -¡¡¡menos mal!!!- la menos turística y masificada. Según vamos subiendo y vamos dejando atrás los últimos edificios del casco urbano, nos damos de bruces con una bella edificación de origen militar conocida como «El Polvorín de Montjuic»; se trata de un edificio histórico que da nombre al Barrio del Polvorín -precisamente por donde hemos subido- construido en la segunda mitad del S.XVIII, hoy propiedad de la ciudad de Barcelona y convertido en un teatro. Dicha edificación se levantó concretamente en 1773 y construida por el Ejército tras la Guerra de Sucesión Española (1701-15).
Más arriba, ya en la vertiente noroeste de la Montaña Sagrada, se encuentra un precioso paraje junto a un complejo deportivo, estamos hablando de la Reserva Natural de la Foixarda, la única reserva natural de la ciudad.

Seguimos subiendo en dirección al Cementerio que también vale mucho la pena visitar, una verdadera y gigantesca Ciudad de los Muertos con un impresionante enjambre de calles en su interior y orientado hacia el Este (Ex Oriente Lux!!!), y en el que reposan también los restos mortales de varios Mártires y Héroes de nuestra Santa Cruzada de Liberación Nacional (1936-39), lugar por tanto de cultos marciales, viriles y totalitarios…

Antes de llegar al Cementerio, metros más abajo, nos encontramos con un valle con amplias vistas al mar Mediterráneo y al Delta del Llobregat, haciendo de extraordinario balcón natural. Sobre la explanada se hayan las ruinas o los restos de lo que algunos arqueólogos consideran como un antiguo santuario o complejo cultual prehistórico nórdico-atlántico, y según algunas leyendas se trataría por otro lado de las ruinas de un centro sagrado levantado por el mítico Hércules tras la fundación de la ciudad de Barcelona (3). Lo vergonzoso del asunto es que tratándose de unas ruinas antiquísimas, las mismas carezcan de ningún género de protección, ni siquiera los restos de un antiguo castillo que se encuentra poco más arriba, levantado al parecer sobre un asentamiento ibérico -layetano- y al lado de una antigua cantera ya explotada en época romana (hoy conocida como el Fossar de la Pedrera, y donde también el Estado del 18 de Julio enterró después de fusilar a cientos de canallas y criminales de guerra); estamos hablando del «Castell del Port», una estructura defensiva de Barcelona muy relevante desde el siglo XI hasta la segunda mitad del siglo XV, estructura de la que sólo quedan también ruinas y una placa conmemorativa puesta por una entidad excursionista en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona con motivo del Milenario del «Barri del Port».

Entre los restos de ese presunto «santuario prehistórico», hay una gran roca en forma de altar con una inscultura o cazoleta en el centro presumiblemente para recoger el agua de la lluvia o del rocío y con canaletas, todo ello sin duda destinado para algún tipo de ritual o de cultos de libación. Lugar de obligada visita pues, y sobre el que la Hermandad Totalitaria Barcino, como si de unos nuevos augures se tratasen, consagraron de nuevo -esta vez en 2018- la ciudad de Barcelona como Hija directa de Roma que es, y tal como hiciera según la leyenda su mítico Fundador el Héroe Divino Hércules hace más de 3500 años.

Roma pues, fue la madre fundacional a partir de la cual surgieron otros centros tradicionales y sagrados que se fueron fundando por todo el dominio romano, siendo Barcino uno de ellos y el primero con lo que respecta a toda la península ibérica. Barcino no fue fundada como una urbe más al modo de Tarragona, Badalona o Mérida, sino como Centro Espiritual, como un espacio consagrado ritualmente, a la vez depositario, heredero y representante de la Tradición Primordial, aunque subsidiario o secundario como hemos visto de la Roma Eterna. El Divino Octavio Augusto, Imperator y Pontifex Maximus, ostentando a la vez el Poder Real y el Sacerdotal, fundó oficialmente Barcino como una Colonia romana, como una imagen a la vez de Roma y del Centro del Mundo; así que de la misma manera que en la cima del Capitolio se erigía el tabernáculum en honor y recuerdo al mítico Fundador de Roma (Rómulo), en Barcino se erigía la BARCA (Arce Sacrorum, Arca Sagrada, símbolo de la conservación, de la defensa y de la protección de la Tradición). En definitiva, el divino Augusto fundó Barcino sobre el Mons Táber análogamente a como Hércules fundó la BARCA sobre el Mons Iovis. De la misma manera que sobre la cima del Mons Táber se erigió un Templo en honor a Augusto del que hoy también sólo quedan ruinas, Hércules hizo otro tanto en una época mítica sobre el Mons Iovis, ruinas que careciendo hoy del nivel de protección que merecerían -y con mayor motivo- como en cambio sí tienen hoy las primeras, no por ello carecen ni mucho menos del valor y del interés (y no hablo del meramente «turistico») de éstas últimas. Así pues nos encontramos ante dos fundaciones de Barcino (la mítica y la «oficial»), ante dos Tabernáculum o «Arcas Sagradas», igualmente ambas emanaciones o imágenes del Centro del Mundo y de la Tradición Primordial. La BARCA que es la Ciudad de Barcino, pese a que su pueblo hoy envilecido haya perdido el espíritu y el contacto con sus verdaderos orígenes y con la sagrada memoria de sus divinos Ancestros («Memoria Histórica» con mayúsculas, mejor dicho Metahistórica…), su simbolismo sigue permaneciendo intacto y al alcance de todos aquellos que aún posean cierta dimensión de la trascendencia y cierta visión mítica en esta era de tinieblas y de ocaso de la verdadera intelectualidad en la que vivimos. Por otro lado no hay que olvidar que la Ciudad de Barcino se levantó sobre otro centro espiritual y sagrado preexistente como ya hemos indicado alguna vez: Laye o Laie, centro espiritual, metafísico e iniciático de la región de Layetana (5); el mismo parece ser que estuvo asentado precisamente entre Mons Iovis y el Mons Táber. De hecho el arriba citado «Castell del Port» se levantó sobre los restos de asentamientos y silos layetanos como han señalado diversos historiadores y arqueólogos de nuestra ciudad.

Esperamos en breve efectuar otra excursión a esta zona de gran atractivo y extraña belleza, admirar sus olvidadas y orilladas ruinas, y conmemorar de nuevo el rito fundacional de la ciudad del mítico Hércules en el altar orientado hacia el Mar Mediterráneo y hacia la desembocadura del río Rubricatus (Río Rojo) que es como los romanos bautizaron al actual río Llobregat.

BARCINO AB HERCULEA CONDITA (inscripción de la fachada gótica del Ayuntamiento de Barcelona, Siglo XV). Roma llamaba a los barceloneses «barcinonensis» o «faventinos», es decir «favorecidos por los Dioses», y la ciudad era llamada PIA FAVENTIA: «la favorecida por los Dioses por sus Cultos Religiosos». ASÍ SEA.

FUERZA HONOR Y TRADICIÓN

Joan Montcau

NOTAS:

(1) Algunas referencias a un asentamiento «ibérico» llamado «Laie» o «Laiesken» parecen legendarias; la inscripción Laiesken encontrada en algunas monedas probablemente haría referencia al nombre de todo el territorio layetano (comarcas del Barcelonés, Baix Llobregat, Vallés Oriental y Occidental, Maresme, incluso podría que hasta el Bages), no de un poblado. Sin embargo como dice el historiador de la ciudad Estanislau Roca, «la larga historia entre ciudad y montaña devino compulsa, sometida entre el amor y el odio. Por su singularidad, como un símbolo de relación entre el cielo y la tierra, así como por sus condiciones de defensa, y de amplia visión y dominio territorial propiciaron que, en Montjuïc, los íberos establecieran el primer asentamiento humano importante del que se tiene constancia (hay muchas pruebas arqueológicas en tal sentido). Y es de suponer que, por las dificultades de establecer el comercio en la montaña y por los problemas de comunicación y transporte debido al accidentado relieve, se construyera más tarde la ciudad romana del Táber. El asentamiento ibérico de Montjuïc se fue romanizando y convivieron dos Barcelonas, la Barcino del Táber y la Laye de Montjuïc, hasta que se abandonó esta última. A partir de entonces, y durante largo tiempo, Montjuïc fue una montaña lejana que acogió poco más que actividades agrícolas y un cementerio judío al que debe su nombre». Esto último es una de las versiones que tanto gustan a cierto tipo humano totalmente antitradicional; es absurdo pensar que un insignificante cementerio de determinado colectivo racial o cultural acabe dando nombre a una montaña de tamañas resonancias simbólicas, míticas y metahistóricas. Nuevamente volvemos a hacer hincapié en la teoría de la ELECCIÓN DE LAS TRADICIONES, los que nos honramos de ser Hijos de Roma, de aquella gran civilización patriarcal, viril y solar, o los que se consideran más bien como los hijos bastardos de la Luz del Sur (los partidarios del presunto «Montjuïc judío» curiosamente son los que hoy abrazan en masa la causa criminal del separatismo y de la Antiespaña pura y dura…) Lo que está claro es que, como dice Ernesto Milá en su monumental «Guía de la Barcelona Mágica», no parece que hubieran grandes problemas entre los romanos y los iberos layetanos, quizás porque ya éstos estaban muy influenciados por Grecia y la cultura helena, a diferencia de otros pueblos ibéricos de la península con los que Roma tuvo que lidiar.

(2) Las 7 colinas de los 4 centros sagrados -Axis Mundi- del Mediterráneo son las siguientes:
-Atenas: Las 7 colinas más importantes son Licabeto (la más elevada dentro de la ciudad), Acrópolis, Filopappos y Tourkovounia. Otras colinas menores incluyen el Arditós, Strefi, Ninfeon o Mouseion.
-Jerusalén: Las 7 colinas son: 1- “Escopus”, 2-“Nob”, 3-“el Monte de la Corrupción” o “el Monte de la Ofensa” o “el Monte de la Destrucción”, 4- El original “Monte Sión”, 5-la colina Suroeste también llamada “Monte Sión”, 6- el “Monte Ofel”, y 7- “La Roca”
-Las 7 colinas de Roma son:: El Aventino, el Celio, el Palatino, el Capitolio, el Quirinal, el Viminal, y el Esquilino.
-Barcelona: Las colinas son -además del Mons Táber-, Monterols, Putxet, Creueta del Coll, Carmel, Rovira y Peira. Mons Iovis cuando la «fundación mítica» de Hércules era prácticamente una isla. La Isla, otra de las imágenes simbólicas del Centro o Eje del Mundo en la Tradición Primordial y Sapiencial.

(3) Por otro lado señalar que también hay otro paquete legendario que dice que fueron los cartagineses quienes fundaron Barcelona, y que precisamente dicho nombre provendría de la familia cartaginesa de los Barca… Dos Concepciones del Mundo pues totalmente opuestas en cuanto a los orígenes legendarios de la ciudad de Barcelona. La Luz del Norte encarnada por Roma, y la Luz del Sur encarnada por Cartago. Lo cierto es que ha sido la «Vía Romana» la que más ha prevalecido en el inconsciente colectivo barcelonés y la que ha gozado de siempre de mucha más popularidad. Además la ciudad está plagada de monumentos, estatuas, referencias, etc a Hércules, a Hermes, a Júpiter; sin duda el eco de un pasado ancestral. Entramos aquí de nuevo en un nuevo tema de «ELECCIÓN DE LAS TRADICIONES» como indicamos más arriba, es decir que así será el carácter, el desarrollo y el quehacer de un pueblo, de una sociedad, de una civilización, de un Estado, etc según prevalezca una u otra Concepción del Mundo. Espiritualidad solar y apolínea frente a un tipo de espiritualidad descompuesta, demétrica, telúrica, titánico-demoníaca, matriarcal. Por suerte Roma aplastó a Cartago, la Luz triunfó sobre el Caos y las Tinieblas de esa repugnante civilización semítica y antieuropea.

(4) Según Josep M. Gracia en dicho estudio («Barcelona. La Ciudad de las Aves»), los layetanos contrariamente a lo que se suele afirmar, se tratarían realmente de un pueblo celta y no íbero. Estarían organizados en torno a un soberano que ostentaba o aunaba en sí mismo tanto la Autoridad Espiritual como el Poder Temporal; dicho pueblo habría descendido de los Alpes y tenían por símbolos o atributos la Lanza o Punta de Lanza -otro símbolo representativo del EJE DEL MUNDO- (como se observa en numerosas cercas que se conservan y como figura todavía en las banderas de algunos municipios que estuvieron bajo su dominio). El autor recalca ese origen nórdico quedando constancia en la actual Saint-Germain-en-Laye, en la región de Íle-de-France. Precisamente esta región, o el centro de ella, cuya capital es actualmente París, fue conocida antiguamente como Sylva Ledia, es decir «el bosque sagrado de Laia»… Estamos pues, como vemos, en un terreno verdaderamente apasionante y digno de estudiar con verdadera devoción. Íberos (más o menos helenizados a la llegada de los romanos como dice Ernesto Milá) o celtas (como afirma Josep M. Gracia), lo cierto es que esos pueblos layetanos forman parte de nuestra herencia arquetípica, ancestral, sagrada y mítica.

(5) Aquí entramos en otra sugestiva hipótesis de trabajo también apuntada por el autor de «Barcelona. La Ciudad de las Aves»: Laia se trataría de una Diosa solar (como la Isis egipcia o la Atenea griega) símbolo de la Sabiduría Divina, la Poetisa y la Augur por excelencia; el autor apunta que el culto a Santa Eulalia (Santa Patrona de Barcelona cuya festividad se celebra el 12 de febrero) sería una cristianización del culto a Laia surgido pues en la Romanidad tardía (principios del Siglo IV de nuestra era). Según la leyenda Santa Eulalia nacida en Barcino, concretamente en Sarriá, era una joven cristiana caracterizada por su verbo bello y poético, por su «buen hablar» y sabiduría pese a sus orígenes humildes. Al no querer renegar de su condición cristiana, fue martirizada para que renegara de su fe sin conseguirlo. Según dicha leyenda los restos mortales de la Santa y Mártir «fueron devorados por las aves», según nuevamente el autor esto indicaría la función oracular, mistérica e iniciática vinculada al «canto de las aves», fundamental en el rito de los augures a la hora de fundar una ciudad sobre la cima de un monte, considerada la Montaña como la perfecta imagen del «Templo Primordial», así como del carácter «angélico» y celestial que de las aves se tiene en la Weltanschauung tradicional.

Precisamente en la Bandera o Estandarte de Santa Eulalia aparecen una Cruz de San Jorge roja bordada sobre un campo de color blanco, que históricamente ha sido considerado como la «señal de la ciudad», además del busto de la Santa en el aspa del estandarte. Por un lado ya hemos señalado en otras ocasiones que la Cruz es uno de los grandes símbolos por antonomasia de la Tradición Primordial; por otro lado el color rojo va asociado a la Iluminación, la Iniciación (la Rubedo alquímica). En cuanto al color blanco, en todas las tradiciones se designa a los centros espirituales como lugares simbólicamente «blancos», muy a menudo como «islas blancas» (en el sentido de lugar cercado, consagrado, espacio ritualizado), es decir como reproducciones del Axis Mundi. El blanco es el color de la pureza y de la autoridad espiritual, del Conocimiento, del «descenso» de lo celeste en nuestro mundo. Thule, Atlantis, Avalon eran denominadas las «islas blancas», el Monte Meru de la Tradición indoaria era conocido también como «monte blanco», así mismo la ciudad Alba Longa fundada por el hijo de Eneas y que fue la antecesora de Roma, era la «ciudad blanca», así como la colina donde fue fundada (monte Albano) se conoció como la «montaña blanca», y así sucesivamente. La «blancura» pues siempre ha ido ligada a la emanación o instauración de un centro espiritual y sagrado dependiente de la Tradición Primordial. Como concluye el autor con unas frases que reproducimos a continuación: «la BARCA fundada por Hércules y que fue Barcelona -y que seguramente en muchos sentidos ocultos a la fría mentalidad moderna todavía es-, se conservó intacta y actualizada en la Santa y Mártir Eulalia, la bien hablada Patrona y Heredera de la Ciudad de las Aves». Barcino, la «Ciudad Blanca». Así pues Laie, Barca-nona, Barcino, Santa Eulalia; distintas fases sagradas de un mismo proceso a la vez Mítico, Metahistórico e Histórico que llaman a la Puerta de todos aquellos que estemos en la disposición de abrirla…

En lo que nos toca a la parte hospitalense (área metropolitana Barcelona-Sur) de Totalitalium/Barcino, añadir que Santa Eulalia también es la Patrona de Hospitalet de Llobregat, ciudad que como símbolos identitarios además del estandarte heráldico de la Santa (cruz roja sobre fondo blanco), también tiene la «Cabeza de Medusa», una pieza de mármol circular hallada en los restos de una antigua villa romana probablemente del Siglo I ó II de nuestra era, se cree que debía formar parte de un conjunto funerario más complejo, siendo algo así como una especie de medallón para alejar los malos augurios; todo esto se descubrió durante unas obras públicas que se efectuaron a finales del Siglo XIX, curiosamente muy cerca de la ermita románica del Siglo XII que se levantó en honor de la Santa Patrona y que aún permanece en pie pese a los sacrilegios y diversos destrozos que sufrió durante la Cruzada de 1936-39 por parte de la chusma demoníaca: Santa Eulalia de Provençana. Precisamente Provençana era como los romanos denominaban a Hospitalet de Llobregat, que por entonces extendía sus dominos hasta la Sierra de Collserola (conocida entonces como la Sierra Oscura), el río Llobregat (Rubricatus) y el Mar Mediterráneo. Por otro lado muy cerca pasa uno de los ramales de la antigua Vía Augusta que vertebraba la ciudad y que la atravesaba de punta a punta, es más, concretamente en esta zona la misma es conocida como «Carretera de Santa Eulalia», nombre que además también ha dado al barrio donde se ubica dicha ermita; casualidades o CAUSALIDADES del destino… Barcino, Vía Augusta, Santa Eulalia; nuevamente Mito, Leyenda e Historia se unen una vez más en un mismo conjunto simbólico, metahistórico y metafísico, esta vez en la despreciaba y maltratada Hospitalet de Llobregat. En próximas entregas ya hablaremos con más detenimiento de los orígenes romanos de esta ciudad hoy víctima de decenios de olvido desde el punto de vista histórico y arqueológico, de brutal arrasamiento demo-plutocrático y desmedulamiento especulativo, y de unas más que estudiadas desmemorias, ocultamientos y ninguneos acerca de nuestro más o menos remoto y ancestral pasado.

 

 

 



LIBROS: LA MUERTE DE ARTURO

La muerte de Arturo" - Sir Thomas Malory, editorial Siruela ...La muerte de Arturo eBook por Thomas Malory - 1230001170122 ...La búsqueda del Santo Grial | MysteryPlanet.com.ar

LIBROS: LA MUERTE DE ARTURO

 

Porque el amor en ese tiempo no era como el amor es hoy en día”.

Thomas Malory

 

En el año 1485 se publicó este gran clásico de la literatura griálica, escrito por Thomas Malory 1399/1405-1471) supuestamente durante su estancia en la cárcel. En realidad se trataba de la unificación en un sólo tomo -subdividido en 21 libros o capítulos- de un total de ocho novelas que Malory escribió sobre el tema, presumiblemente la mayoría de ellas o la totalidad escritas durante su tiempo de presidio. Estamos ante la gran epopeya de la literatura inglesa a partir de la recopilación de viejas fuentes francesas y británicas a las que su autor agregó ideas, valores y conceptos fruto ya de su propia cosecha. El autor -o compilador más bien- finalizó su obra en 1469 y falleció dos años después, en 1471 aún preso y sin conseguir ver en vida su obra magna publicada; 14 años pasaron hasta llegar a ello.

En realidad la identidad del escritor inglés es enigmática, la versión más aceptada es que se trataría de un caballero que acabó encarcelado durante la guerra civil inglesa, la “Guerra de las Dos Rosas” que enfrentó a las casas reales de York y de Lancaster entre los años 1455 y 1487. Habiendo tomado partido por la derrotada causa Lancaster, fue encarcelado a principios de los años sesenta del Siglo XV. Parece ser que logró escapar de presidio varias veces y otras tantas apresado, para morir finalmente en marzo de 1471 entre rejas. Aunque también se ha llegado a especular de que realmente Thomas Malory fuera un sacerdote -encarcelado pues por el mismo motivo arriba indicado-, ello por la descripción que él hace de sí mismo en su obra, aunque esto no está generalmente aceptado. Sea como fuere estamos ante otro de los grandes enigmas y misterios de un Medievo que ya tocaba a su fin tras la victoria del “teocratismo güelfo” sobre el gibelinismo caballeresco e imperial, victoria que poco a poco iría demoliendo las bases y los fundamentos reales y metafísicos de aquella gran ecúmene europea que era el Sacro Imperio Romano-Germánico. Estamos ante la primera gran revolución subversiva y disolutoria en Occidente que abriría las puertas del demonismo moderno anti y contra-tradicional; del Güelfismo y la consiguiente desacralización del poder temporal y político (algo inconcebible en el mundo indoeuropeo) que vendría traído de su mano, al humanismo renacentista ya sólo había un paso. El proceso de involución y de desintegración de dicha ecúmene europea, y que llegaría a su punto culminante tras la Guerra de los Treinta Años (1618-48) con la Paz de Westfalia (derrota de la Catolicidad europea en definitiva), ya había sido iniciado lenta pero firmemente…

Decía Julius Evola que desde un punto de vista histórico, los textos fundamentales y más característicos referidos al simbolismo del Santo Grial hacen pensar en el afloramiento o la emanación de una corriente subterránea en un momento determinado de la historia de Occidente, para luego ocultarse o hacerse “invisible” de nuevo, es decir en términos espirituales y metafísicos lo que equivaldría a la “pérdida del Grial”, paralela ésta al “oscurecimiento de lo divino” (el Ragnarök de la mitología nórdico-germánica), que es precisamente lo que ocurrió en Occidente a partir del Siglo XIV en adelante y en el que hoy, Siglo XXI, en cuya fase terminal nos encontramos. Tal afloramiento de textos sobre el Grial lo fueron en un relativo corto espacio de tiempo dentro de la larga etapa conocida como Edad Media (convencionalmente Siglos V-XV), esto ocurrió concretamente entre los siglos XII y XIII -prácticamente en el corazón de dicha Edad-, para luego desaparecer como por ensalmo u obedeciendo a una consigna; lo cierto es que en el Siglo XIII abruptamente deja de hablarse de dicha temática. No deja de ser curioso que es precisamente esta etapa de apenas 200 años la época del esplendor del gibelinismo imperial y de las grandes Órdenes ascético-militares y caballerescas con la de los Templarios a la cabeza, de las Cruzadas, del movimiento trovadoresco (los Fieles de Amor, los Minnesänger), de las grandes cofradías iniciáticas de constructores, de los grandes místicos de la Catolicidad (San Bernardo de Claraval, San Francisco de Asís, Santa Hildegarda de Bingen, Maestro Eckhart). A principios del Siglo XIV se produce un repunte de dicha temática, el tema no es baladí ya que fue precisamente a principios de tal Siglo cuando se produjo la persecución, exterminio y disolución de la Orden del Temple, verdadera aristocracia espiritual del Sacro Imperio, consecuencia ello de la profunda animadversión sacerdotal y güelfa hacia todo tipo de espiritualidad olímpica, viril y aristocrática, hacia toda búsqueda de verdadera trascendencia y conocimiento (aún quedaba mucho para el claudicante Concilio Vaticano II). Con todo y con esto aún no se produjo la ruptura definitiva de Occidente con la Tradición Primordial puesto de otras fuerzas, aunque esta vez de manera más soterrada y oculta, cogieron el testigo a la fenecida Orden del Temple e intentar remontar la caída por la pendiente.

Esta reanudación o reactivación de la temática del Grial que tuvo lugar en los Siglos XIV y XV tras cierta etapa de rebozo y de velo a finales del Siglo XIII, lo hizo pero ya con las formas cambiadas; las obras que aparecieron en esos Siglos que ya marcaron el ocaso del Medievo carecían del simbolismo profundamente metafísico y espiritual de las obras de la primera etapa, tenían una componente más religioso-moralista que gnóstica y sapiencial; como dijo Evola “formas estereotipadas que entraron en rápida decadencia”; y es precisamente aquí donde queremos enmarcar la obra de Thomas Malory que se publicaría precisamente en las postrimerías del Siglo XV, una etapa donde podemos encontrar ya la génesis de la superstición modernista, finales de la Baja Edad Media e inicios del denominado por los modernos como “Renacimiento”…

El Ciclo del Grial que se inició en Siglo XII con las obras de Robert de Boron fundamentalmente, pasando por las de Chrestien de Troyes, Wolfran von Eschenbach, von Scharffenberg principalmente y entre otros muchos, en cierto modo concluyen a modo de recapitulación con esta gran obra que tenemos ahora entre manos: LA MUERTE DE ARTURO. Estamos hablando de una etapa histórica donde la Edad Media -la Edad del Medio– se identificó plenamente y a punto estuvo de convertirse y de identificarse con la Edad del Centro (metahistórico, metafísico).

FUERZA HONOR Y TRADICIÓN

Joan Montcau

 

 



IDIOVARIACIONES MOTIVADAS POR LA ´RAZA DEL ALMA´. BRAQUICEFALIAS CANTÁBRICAS
octubre 5, 2019, 6:46 pm
Filed under: Cultura y pensamiento, Eduard Alcántara, Julius Evola, Metafísica

Resultado de imagen de cántabros

IDIOVARIACIONES MOTIVADAS POR LA ´RAZA DEL ALMA´. BRAQUICEFALIAS CANTÁBRICAS

 

Julius Evola postulaba la realidad de las idiovariaciones ocurridas en el idioplasma (núcleo) motivadas por el actuar de la ´raza del alma´, tanto en sentido negativo como en sentido positivo (dependiendo de cuáles sean esos valores actuantes de la raza del alma). Por ello se puede encaminar uno a plasmar, p. ej., caracteres físicos propios del tipo nórdico (hiperbóreo) o, por el contrario, alejados de él. Santiago Andrés comentó en una conferencia cómo sin influencias exógenas (sin mezclas habidas con gentes foráneas) las gentes cantábricas habían pasado de la dolicocefalia mayoritaria o una braquicefalia más que considerable en el transcurso de unos pocos cientos de años (creemos recordar que comentó que esto había sucedido desde el medievo hasta el s. XVIII). La observación craneal de los restos de cráneos en estas dos etapas demuestra el misterioso cambio, que sólo puede tener una explicación acaecida en los valores de la raza del cuerpo. Los cántabros prestos a la Reconquista (dolicocéfalos) habrían pasado, ya en la Edad Moderna, a una cierta vida de ensimismamiento en sus aldeas ancladas en esos valles que atraen a la reclusión semibucólica y habrían acabado saturados de esos sentimientos aldeanos que provocan esa morriña casi depresiva cuando se alejan de sus tierras. Braquicefalia coincidente con la de los alpinos (Suiza, Austria,…) acreedores de un tipo de vida aldeana y distendida que han visto cómo sus cráneos se han hecho como más acordes con el sedentarismo (más cuadrados y con aspecto de más pesados) a diferencia de aquellos cráneos dolicocéfalos casi aerodinámicos (alargados hacia atrás) propios de hombres con espíritu de empresa y aventuras. Esto lo decimos sin menoscabo de que entre las poblaciones alpinas europeas no haya habido (pues, de hecho, sí lo ha acaecido), en tiempos ya milenarios, cruzas con razas uralo-altaicas y/o mongoloides; une especie de inmigración procedence de esos enclaves orientales, en forma de cuña, partió en dos el orbe europeo (orbe este de extracción indoeuropea).

 

Eduard Alcántara

eduard_alcantara@hotmail.com

 



CEMENTERIOS
octubre 4, 2019, 9:22 pm
Filed under: Cultura y pensamiento, Espiritualidad

Resultado de imagen de cementeriosResultado de imagen de cementerios

CEMENTERIOS

 

“Sepulturero, es hermoso contemplar las ruinas de las ciudades, pero es más hermoso todavía contemplar las ruinas de los hombres.”

CONDE DE LAUTRÉAMONT

 

“El lugar lógico para encontrar una voz de otros tiempos es un cementerio de otros tiempos.”

HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT

 

 

 

En las modernas ciudades, muchas hoy verdaderas megalópolis con sus horrorosas construcciones «funcionales» y sin alma, los cementerios (las Ciudades de los Muertos) son quizás uno de los pocos lugares donde hoy se puede disfrutar de silencio, de tranquilidad, de cierta paz. Pero también en ellos hay lugar para el Arte y la Belleza, algo que cada vez empieza a brillar más por su ausencia en las ciudades de los «vivos»; recorrer el interior de uno de ellos, observar y meditar sobre el variado simbolismo que hay en sus lápidas, muros, templetes, etc., es algo así como una «ruta iniciática», un peregrinaje al interior de uno mismo.

 

En las lápidas, como mínimo, aparecen el nombre y la fecha de nacimiento y muerte de la persona. Pero a menudo hay mucho más, y ahí están los símbolos para el que quiera verlos, estudiarlos, intentar al menos comprenderlos y una vez ello vivenciarlos, ya que el símbolo es una imagen visible de una Idea Suprasensible…

 

Muchas tumbas también llevan símbolos con significados específicos, lo que puede indicar la edad del fallecido (joven o anciano), su ocupación laboral, religión, las organizaciones a las que perteneció, el servicio militar u otros significados.

 

Vamos a hacer una pequeña relación de símbolos que nos podemos encontrar en cualquier cementerio, así como su significado:

 

ANCLA: A veces un oficio o rama de la Milicia. También simbolizar un principio de Orden y de Estabilidad sobre el Caos.

 

ÁNGEL: Mensajero entre Dios y el Hombre. Un Intermediario sacro que hace de puente simbólico entre ambos.

 

VELA: Símbolo de la Vida Eterna.

 

CADENA CON ESLABÓN PERDIDO: Círculo familiar roto, pérdida de un familiar querido.

 

CORONA: Victoria o la Victoria sobre la Muerte. Cruz y Corona: Jerarquía, Autoridad, Aristocracia del Espíritu.

 

PUERTA: Entrada al cielo. Transición de la Vida Terrena a la Vida Celeste.

 

MANOS: Varias posiciones. Juntas, despedida o matrimonio; orando, para la vida eterna; apuntar hacia arriba, camino al cielo; apuntar hacia abajo, la mano de Dios.

 

RELOJ DE ARENA: El tiempo se ha agotado, el tiempo corre rápidamente. El tiempo como «imagen móvil» de la Eternidad.

 

ANTORCHA: La conquista de la Vida Eterna. Acción y Contemplación.

 

BOLA: Ciclo de la vida, la eternidad. También símbolo del Macrocosmos.

 

UN LIBRO ABIERTO: Las Sagradas Escrituras, pero también simbolizaría el libro por antonomasia: EL LIBRO DE LA VIDA, «del cual todos los libros de los hombres son pálidos reflejos» (Antonio Gaudí).

 

MARIPOSA: Símbolo del Renacimiento o del «Nacido Dos Veces» (nacimiento espiritual después del físico). Al pasar por diferentes estados (oruga, crisálida y mariposa) se relacionaría con la vida, la muerte y la resurrección. La amplia gama de colores de las mariposas simbolizaría la Multiplicidad dentro de la Unidad, la manifestación del Principio Supremo.

 

CALAVERA: Simboliza el final de la vida terrena. La calavera con alas o con huesos simboliza el alma que ha abandonado el cuerpo y se dirige hacia la otra vida, hacia la Patria Celeste. La Calavera también simboliza la muerte del Hombre Viejo y el nacimiento del Hombre Nuevo.

 

EL HUSO Y LAS TIJERAS: Simboliza el hilo de la vida que se puede cortar en cualquier momento.

 

LA ESFERA Y LAS ALAS: Simbolizan el proceso de la vida y de la muerte que gira incesantemente como la esfera.

 

EL OLIVO: Simboliza la paz. «Pax Triumphalis».

 

EL ROBLE: Simboliza el valor militar.

 

EL LAUREL: Simboliza la gloria.

 

EL CIPRÉS: La costumbre de utilizar cipreses en los cementerios es antiquísima, encontrándonos que las antiguas civilizaciones griega y romana ya lo plantaban y atribuían toda una simbología alrededor de la muerte. La forma ascendente y frondosa del tronco hacia la copa de este árbol encaminaba (según la mitología) las almas de los difuntos hacia los cielos. Al ser un árbol de hoja perenne simboliza también la Inmortalidad.

 

ADORMIDERA: Símbolo pagano del sueño eterno.

 

La relación de símbolos podría ser mucho más larga y extensa, hay que tener en cuenta que en su mayoría pertenecen a esa «Religio Perennis» o Tradición Primordial que marcan el origen del actual Manvantara (Ciclo Humano), muy próximo a su final por cierto…

 

Los cementerios incluso en las gigantescas junglas de asfalto, hierro, cemento y cristal, son «espacios sagrados», pequeños oasis en medio del inmenso desierto espiritual que es la ciudad moderna. Si el cementerio simboliza la Ciudad de los Muertos, la moderna, ruidosa e infernal urbe del hombre-masa simboliza la Ciudad de los Muertos en vida, de una pseudo-civilización sin alma…

 

Joan Montcau

 



ASEVERACIONES ANTIEVOLUCIONISTAS
septiembre 30, 2019, 5:44 pm
Filed under: Cultura y pensamiento, Eduard Alcántara, Tradición

Resultado de imagen de contra Darwin

ASEVERACIONES ANTIEVOLUCIONISTAS

Al margen de lo que expusimos en nuestro escrito “Contra el darwinismo” y de algunos aportes que aparecen en los comentarios sitos al pie del mismo (1) hemos creído conveniente exponer ciertas reflexiones, asertos y proclamas que, en contra de la impostura claramente subversiva que supone el darwinismo, elaboramos en disputa dialéctica con cierto apreciado compañero proevolucionista.

Quisimos dejarle claro que el Tradicionalismo y el evolucionismo son irreconciliablemente antagonistas.

Por ello escribimos que:

En el s. XIX, un hombre llamado Darwin, con intenciones nítidamente antitradicionales se inventó, echándole mucha imaginación, una teoría y la pretendió revestir de solidez científica. Aunque no existieran, en tal época, “apoyos” en materia de biología genética y/o molecular para darle consistencia a sus teorías éstas recibieron rápidamente todo tipo de apoyos incondicionales, ya que a los arietes de la subversión antitradicional les pareció un arma inigualable para acabar de demoler los restos que aún pudiesen quedar del otrora edificio Tradicional. Tras los apoyos a semejante fantasiosa teoría no se hallaba el amor a la ciencia (por cierto, en minúscula como profana que es) sino ansias deletéreas de acabar con cualquier atisbo de dignificación del hombre (que irremisiblemente ha de venir siempre de lo Alto).

Los hay muchos a los que, incluso aun sin molestarse en entrar en el análisis científico del evolucionismo, les viene bien esta teoría porque apunta a la línea de flotación de una concepción Superior de la existencia que ellos, por manera de ser (a veces casi innata y otras adquirida por las influencias nefastas de la modernidad), aborrecen y detestan.

Esos saltos cualitativos, que postula la impostura darwiniana, entre la no vida (átomos, moléculas,…) y la vida (bacterias,…) exigen de una imaginación total. Que de lo simple pueda surgir algo más complejo y cualitativamente diferente es algo que resulta inimaginable. Que de un ser vivo inferior pueda generarse otro más complejo hasta llegar al hombre es como esperar que una mente humana con coeficiente intelectual a nivel de idiotez o imbecilidad pueda acabar generando, realizando y/o elaborando lo que por naturaleza le es imposible: descubrimientos científicos, sistemas filosóficos,… En catalán hay un dicho que dice que “d´on no n´hi ha, no raja” (donde no hay no chorrea…) que vendría a traducirse con aquel “no le pidas peras al olmo”.

Las leyes de la termodinámica puede ser utilizadas para darle categoría de credibilidad indiscutible a las tesis evolucionistas pero estamos hartamente convencidos de que la energía no puede obrar milagros antinatura y no puede lograr que, por sus propios medios, el inválido realice un salto de pértiga estratosférico o lo inferior genere lo superior.  ¡Claro que la Tradición concibe la realidad de la energía y se sustenta en el papel primordial representado por los numens o fuerzas sutiles pero, obviamente, su enfoque es otro!

No podemos conformarnos en aceptar bovinamente permanecer en el lodazal de los bajos vuelos a los que nos lleva la aceptación de la superchería evolucionista.

El conocimiento, sin fisuras, de la Tradición y su adhesión a ella …ésta debe ser nuestra trinchera ante los embates destructivos y alienantes a los que nos quiere someter el infame y degradante mundo moderno que nos ha tocado padecer.

Para triturar el darwinismo podríamos considerar teorías como la de la entropía con su tendencia al caos -a la involución- y no a la mejora -evolución- cuando se habla de cambios.

Igualmente podríamos objetar, en otro orden de cosas, el que el evolucionismo no nos explica de dónde provienen los quarks. Existen un punto retroactivo en el darwinismo en el que se llega a un callejón sin salida y este callejón se halla en el origen del cosmos: ¿de dónde provienen esos quarks? Quizás los evolucionistas deberían admitir la teoría del Diseño Inteligente defendida por algunos científicos y que se hallaría en el origen de todo, pero, claro, admitirlo sería admitir que existe otra realidad de orden metafísico que no contemplan los darwinistas; que existe un Principio Primero Eterno, Inmanifestado, Incalificable e Indefinible. Sería admitir que el cosmos no proviene de la materia, sino de lo Inmaterial: de lo Trascendente. Sería admitir la existencia de un plano de la Realidad de carácter Suprasensible, además de inasible e inmesurable con las herramientas de las ciencias profanas y fenomenológicas. Sólo las Ciencias Tradicionales, Sapienciales y Sagradas, a través de la Iniciación, pueden/podían llegar a la Gnosis de esas Realidades Suprasensibles y del mismo Principio Supremo. Ellas entienden/entendían de lo Inmanifestado y del mundo sutil o nouménico, mientras que las profanas sólo entienden del fenoménico, sensitivo o superficial. Ni que decir tiene que para analizar e investigar a este último sí que son, dichas ciencias profanas, adecuadas; pero no para entender de una Realidad Superior que se les escapa y para cuya comprensión resultan inútiles, inoperantes y muestran su incompetencia e impotencia.

Hay que combatir sin ambages teorías que al concedernos un origen material nos abocan a la sumisión ad aeternum a ese materialismo que se encuentra en la base de todos los males existenciales por los que pasa nuestro decrépito mundo. Sólo el Espíritu puede elevarnos por encima de las prisiones y las servidumbres con las que nos atenaza la materia; y admitir la presencia (larvaria, eso sí) en nuestro interior del Espíritu sólo se puede hacer si consideramos nuestro origen no como un origen material sino Espiritual: si consideramos que procedemos del Principio Primero por emanación de éste y por ello compartimos con el mismo su Eternidad (nuestra heroica labor será la de intentar Despertarla).

¡Rechacemos el materialismo en cualquiera de sus formas! ¡Rechacemos los subproductos y excrecencias del mundo moderno! ¡Rechacémoslos ya sean de orden político, económico, filosófico, “científico” o cultural (pseudocultural, sería más apropiado decir)! ¡Rechacemos, entre ellos, a un darwinismo que tanto ha hecho por aplastar los escasos vestigios que, en su época, pudieran quedar de Tradición!

El darwinismo ha sido una de las armas más efectivas que la modernidad ha utilizado en contra de la Tradición y ha sido, por ello, una de las principales causas de los destrozos existenciales que vivimos en la actualidad. ¿Qué le queda al hombre al que el evolucionismo le ha decapitado su función Superior: la Trascendente? Pues sólo le queda la mente o psique para que ésta, cuando no tiene la suprema guía del Espíritu, acabe campando por el caos que le es consustancial. A este hombre se le ha abocado al abismo actual por habérsele mutilado lo Absoluto. Él es el producto de los daños irreparables que han provocado teorías deletéreas como la evolucionista. Los paradigmas de la Tradición son los que nos sitúan en el adecuado camino de oposición raigal y total al pútrido estado de cosas originado por el señorío del deletéreo mundo moderno. Hay que pugnar por soltar todo el lastre alienador que nos han ido colocando sobre nuestras espaldas tantos años de estudio -en este esclavizador Sistema Educativo- y de nefastas influencias de los mass media. Resulta  difícil decir no a aquello que teníamos tan asimilado desde que éramos tan jóvenes: nos hablaron de evolucionismo en la escuela, en el Instituto, seguramente también en la Universidad recibimos una buena dosis anestesiante de esta disolvente pseudoteoría, quizás después (llevados por una cierta pasión a lo que con tanto ahínco nos habían inculcado) nos echamos al coleto lecturas sobre las bondades del darwinismo,… ¿¡Quién sabe si incluso nuestra vida laboral está directa o indirectamente relacionada con el evolucionismo!? ¿¡Quién sabe, asimismo, si hemos creado, entusiásticamente, escuela explicándoles a congéneres nuestros los vericuetos “científicos” del evolucionismo!? Debe resultar muy difícil explicarles ahora a estos nuestros prosélitos que lo que, debido a la ascendencia que teníamos sobre ellos, se creyeron a pies juntillas es una auténtica falsedad provocadora, además, de gran parte de los derrumbes que padece el desangelado mundo por el que transitamos.

Hagamos un acto supremo de valentía y rompamos con esta teoría de mercadillo que nos hace descender de las bestias cuando, por el contrario, fácilmente nos apercibimos que es hacia las bestias hacia donde vamos. Nos estamos animalizando a marchas forzadas. Somos cada vez más primarios y esclavos del submundo pulsional. Somos cada vez más groseros y menos sutiles. No evolucionamos, sino que claramente involucionamos.

Démosle una patada, sin contemplaciones y definitiva, a las supuraciones elaboradas por Charles Darwin. Entonces nos hallaremos, sin duda, en el buen camino -o cerca del buen camino- para oponernos de raíz a este inmundo mundo moderno.

No hay síntesis posible entre Tradicionalismo y evolucionismo, sino que hay enfrentamiento, irreconciliabilidad absoluta y encono total y raigal. No se pueden hacer síntesis entre lo que arrastra al hombre a lo ínfero y lo que lo Eleva por encima de su misma condición humana.

Se deben descartar los subproductos de la modernidad y recorrer los caminos no averiados; aquellos caminos que nos colocarán en la antípoda del vermicular mundo moderno para, así, combatirlo con las armas adecuadas y no con unas armas del enemigo que acabarán hiriéndonos, si cabe, más todavía; quizás ya irremisiblemente.

(1) “Contra el darwinismo”: https://septentrionis.wordpress.com/2009/02/19/contra-el-darwinismo/

Eduard Alcántara

eduard_alcantara@hotmail.com

 

 



LA NATALIDAD. LA PROCREACIÓN
septiembre 29, 2019, 5:06 pm
Filed under: Cultura y pensamiento, eduard_alcantara@hotmail.com, Tradición

Resultado de imagen de natalidadResultado de imagen de natalidad

LA NATALIDAD. LA PROCREACIÓN

 

En el seno de un Mundo Tradicional no existiría polémica alrededor del tema del mayor o menor índice de natalidad. Somos seres humanos, vivimos en este mundo (el microcosmos) y no podemos ir en contra de nuestra componente física: en contra de la biología. Como Tradicionalistas aspiramos a sacralizar lo físico y no a evadirnos de ello (esto sería más propio del vedântino evasionista). Si fuésemos estrictamente seguidores de ese tipo de “metafísica pura” que predispone a una suerte de ‘fuga con respecto a la realidad sensible’ seguramente seríamos bastante poco dados a apoyar la procreación, pero, por contra, la Tradición conoce tanto del (utilizando nomenclatura hermético-alquímica) solve (espiritualizar el cuerpo) como del coagula (corporizar el espíritu), por lo cual no considera la vida como “un valle de lágrimas”, no desprecia lo físico-corporal, sino que concibe el cuerpo como el templo del Espíritu.

En el Mundo de la Tradición no se correría ese peligro (el que sí se da en el mundo moderno) de que una alta tasa de natalidad fuese sinónimo de desarrollo de lo cuantitativo-amorfo-despersonalizado-gregario-masificado-individualista-atomizado-catagógico en detrimento de lo cualitativo-vertical-Espiritualizador-diferenciado-jerárquico-orgánico-anagógico. No se correría este riesgo sino que lo cuantitativo-horizontal se vería atravesado (como en el simbolismo de la cruz) e impregnado por lo cualitativo-vertical.

 

Entre la nobleza sacro-rectora de una sociedad Tradicional resulta comprensible que haya elementos que opten por controlar el número de su particular progenie o el de renunciar totalmente a ésta para dedicarse en pleno a su transformación ontológica en vistas no sólo al arribo a la Gnosis y vivencia de lo Trascendente sino también en vistas de erigirse en faro que ayude a los más a ordenar sus existencias guiados siempre por los dictados de lo Alto. Seguramente entre determinados individuos excepcionales pueda no ser incompatible el Iniciarse con el dedicar tiempo a su descendencia.

 

En otro orden de cosas el tema de la inmigración masiva está poniendo en peligro la misma existencia del homo europaeus. Dado lo grave de la situación pensamos que la depauperada tasa de natalidad que este homo presenta (frente a la elevada de esas masas de inmigrantes) conduce a su extinción y a la imposibilidad material de que en un futuro pudiese regenerarse psíquica y Espiritualmente; sin menoscabo de que algunos de nuestros semejantes pueda renunciar a la procreación en beneficio de una dedicación casi plena a tareas de regeneración.

 

Eduard Alcántara

eduard_alcantara@hotmail.com



REFLEXIONES ACERCA DE LA MORAL

Resultado de imagen de moral del pecadoResultado de imagen de fides romana

REFLEXIONES ACERCA DE LA MORAL

Vayan, a continuación, una serie de reflexiones que en torno al tema de la moral hemos vertido en debates diversos.

——————————————————–

El hedonismo es una de las manifestaciones del mundo moderno: materialista y que sólo conoce de lo ínfero e irracional y del plano sensitivo. Como ignora los planos de la Realidad Suprasensible y Trascendente engorda al máximo la única realidad que conoce: la material. De ahí esa concupiscencia desbordada y ese pansexualismo que lo impregna todo. La Tradición no queda, no obstante, encorsetada por dogmas sociales ni morales sino que prefiere la ética (del honor, del valor, de la fides,…). Bien es cierto que si ese corsé puede ahogar a una minoría apta para superar la condición meramente humana sí resulta necesario (dicho corsé) para la mayoría que no es capaz de autogobernarse y autocontrolarse.

—————————————————-

La gente conservadora (de mentalidad pequeñoburguesa) no se mueve más que por prohibiciones y dogmas que intentan poner barreras a su debilidad interior. Las religiones de nuestro entorno no conocen de la vía Iniciática, esto es, de la posibilidad real de transmutarse interiormente y llegar a ser dueños de uno mismo: de autodominarse, de descondicionarse con respecto a todo aquello que aliena y subyuga interiormente. Es por esto que dichas religiones pueden tener fieles muy creyentes pero débiles en su interior (al igual que lo son los no creyentes) a los que no se les permite, por ejemplo, el sexo casual y extramatrimonial. Si, por alguna circunstancia, se topan con él acaban esclavizándose al mismo como cualquiera otro de sus congéneres descreídos.

—————————————————

Ernesto Giménez Caballero reivindicó, en cierta ocasión, «la revolución de las vírgenes» en un mundo en el que el concepto de virginidad había ya caído en desuso y había, incluso, sido ridiculizado. Nunca criticaremos la no virginidad por cuestiones morales sino por cuestiones de orden más bien axiológico (emparentadas con la fidelidad) o de profilaxis social (estabilidad del matrimonio como basamento de cualquier comunidad que se precie).

—————————————————

Ante la ‘moral del pecado’ consustancial a las religiones de la Biblia el Mundo de la Tradición levantó la ética del honor.

La moral del musulmán no dista mucho de la del judío creyente o de la del judeocristiano. Las llamadas Religiones del Desierto beben de las mismas fuentes existenciales.

La moral sólo es válida para la masa que no es capaz de autogobernarse interiormente y necesita, por ello, de dogmas y reglamentaciones que no la dejen desbocarse. En la Tradición la minoría capaz de autodominarse no necesitaba de códigos morales prescriptivos y, además, éstos le podían suponer un obstáculo para forjar la transustanciación interna que necesita de un previo descondicionamiento total (también con respecto a la moral). Lo que puede, en un Orden Tradicional, estar prohibido para la masa no lo debe estar para la minoría espiritualmente apta.

La moral originaria está indisolublemente unida a la religión. Sin embargo en nuestro mundo laico existen otras morales de corte social; y hasta político (la moral del pensamiento único políticamente correcto).

La moral judeocristiana es la moral del sentimiento de culpa autoflagelante, masoquista, humillador y acomplejador que deriva del dogma antitradicional del pecado original. Alguien que se siente pecador y culpable jamás concebirá la idea de que en su seno anide una semilla de la Espiritualidad que es posible Despertar arribando, así, a su Transformación ontológica. A este ser humillado sólo le cabe creer en Dios y no aspirar a ser como Él o aún más que Él (a ser uno con el Principio Primero Eterno e Incondicionado que se halla en el origen y más allá del mundo manifestado). La Iniciación no se concibe en la mente de estos seres acomplejados.

 

Eduard Alcántara

eduard_alcantara@hotmail.com



LIBROS DE EVOLA EN CASTELLANO. BREVES RESEÑAS. EDITORIALES
septiembre 24, 2019, 3:19 pm
Filed under: Cultura y pensamiento, Eduard Alcántara, Tradición

Resultado de imagen de obra de Julius Evola en lengua castellanaResultado de imagen de libros Julius Evola eResultado de imagen de libros Julius Evola e

LIBROS DE EVOLA EN CASTELLANO. BREVES RESEÑAS. EDITORIALES.

 

Vertemos, a continuación, una relación de los libros de Evola editados en castellano (la lista de libros en italiano es casi inacabable).  Recuérdese que ya en su momento hicimos una relación de posible preferencia a la hora de encarar la lectura de algunos de los principales libros de Evola (1) pero al margen de ello no hay uno solo de éstos que no hayamos encontrado de sumo interés. Quizás para el final dejaríamos los que hemos definido como de su «etapa filosófica», pues contienen elementos que Evola superará o rectificará en mayor o menor medida en su etapa definitivamente Tradicionalista; en esta argumentación podríanse incluir algunos párrafos de «Imperialismo pagano».

 

Vaya, pues, la dicha relación:

 

-Los 7 volúmenes de «La magia como ciencia del espíritu» (o 3 en la última edición), de Ediciones Heracles. Más o menos la mitad de los escritos son de Evola (bajo pseudónimos). Son textos de metafísica operativa, práctica: técnicas y ejercicios para la transformación interior. En su versión original: “Introduzione alla magia quale scienza dell’io”.

-Ensayos de idealismo mágico, Ediciones Heracles. De su etapa filosófica.

-El hombre como potencia, Ediciones Heracles. No se trata del libro completo sino tan sólo de un capítulo del mismo y, además, se incluye la polémica sobre la metafísica hindú (alrededor del Vedânta) que sostuvieron Evola y Guénon (Evola en contra y Guénon a favor). De su etapa filosófica. Totalmente reformado por Evola este libro acabará siendo «Lo yoga della potenza» (que aparece más adelante),

-Imperialismo pagano, Ediciones Heracles.

-La superación del romanticismo, Ediciones Heracles. Contiene textos como el que da nombre al libro o, entre otros, un estudio sobre varios libros representativos de Ernst Jünger («El Trabajador» y «Sobre los acantilados de mármol») y las editoriales de la revista La Torre que dirigió Evola a principios de los ’30.

-Más allá de Nietzsche, Ediciones Heracles

-La tradición hermética, Editorial Martínez Roca.

-Máscara y rostro del espiritualismo contemporáneo. Poniendo en evidencia la pseudoespiritualidad del psicoanálisis, del espiritismo, de Krisnamurti, del teosofismo, del antroposofismo,… Ediciones Alternativa y Ediciones Heracles.

-Rebelión («Rivolta…», en el original) contra el mundo moderno, Ediciones Heracles.

-El «misterio hiperbóreo». Escritos sobre los indoeuropeos. Ediciones Nueva República.

-El misterio del Grial, editorial Plaza & Janés, José J. de Olañeta y Ediciones Sieghels.

-Escritos sobre judaísmo, Ediciones Heracles

-Escritos sobre la masonería, Ediciones Heracles

-El Estado Tradicional, Ediciones Heracles

-La tradición romana, Ediciones Heracles

-Metafísica de la guerra, Ediciones Heracles

-El mito de la sangre, Ediciones Heracles. Recorrido por las diferentes posturas que ante el tema racial se han dado en la historia de la humanidad.

-La raza del espíritu, Ediciones Heracles. En su versión original “Sintesi di dottrina della raza”.

-Orientaciones para una educación racial, Ediciones Sieghels.

-Doctrina y ética aria, Ediciones Sieghels. Contiene, entre otros, textos como «Doctrina aria de lucha y victoria», «Espiritualidad pagana en el seno de la Edad Media» y «Metafísica de la guerra» .

-La doctrina del despertar. El budismo y su finalidad práctica. Editorial Grijalbo y Ediciones Heracles.

-Meditaciones de las cumbres, Ediciones de Nuevo Arte Thor y Ediciones Nueva República. La montaña y el alpinismo en su dimensión metafísica y transmutadora del hombre.

-El yoga tántrico, Editorial Edaf. En su versión original “Lo yoga della potenza. Saggio sui tantra: lo yoga del sesso”.

-Orientaciones, Ediciones Bau y Ediciones Sieghels.

-Los hombres y la ruinas, Ediciones Heracles y Ediciones Alternativa.

-Tradiciones varias: pitagorismo, mitraísmo y budismo zen, Ediciones Heracles.

-Oriente y Occidente, Ediciones Heracles.

-Metafísica del sexo, Editorial Heliodoro y José J. de Olañeta.

-El tao-tê-king, Ediciones Heracles.

-Cabalgar el tigre, Ediciones de Nuevo Arte Thor y Ediciones Heracles.

-Más allá del fascismo, Ediciones Heracles. En su versión original ”Il fascismo. Saggio di una analisi critica dal punto di vista della destra con note sul Terzo Reich”.

-El arca y la clava, Ediciones Heracles. Aparecen textos doctrinales y/o metafísicos, junto a otros de actualidad.

-El camino del cinabrio, Ediciones Heracles. Autobibliográfico.

 

(1) http://elcadenazo.com/index.php/empezar-leer-evola/

 

Eduard Alcántara

eduard_alcantara@hotmail.com