Julius Evola. Septentrionis Lux


La profecia de Álvaro D’Ors
agosto 22, 2009, 1:12 pm
Filed under: Janus Montsalvat

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Gran romanista -ganó la cátedra de Derecho Romano en la Universidad de Granada en 1943-, además de abogado y jurista, era también pensador político tradicionalista (y es que , aunque algunos les cueste creerlo, el franquismo dio pensadores de la talla de los falangistas Arrese, Muñoz Alonso, Legaz Lecambra o de tradicionalistas como Gambra, Fernández de la Mora o Elías de Tejada, sólo por citar unos cuantos), era hijo del gran Eugeni D’Ors, escritor, ensayista, filósofo, crítico de arte e ideólogo de la Falange. Su hermano, el gran arquitecto Víctor D’Ors, al igual que su padre, también fue falangista -fue el creador del logotipo de FE e inspirador durante la Cruzada de la «Ciudad Azul»,  un proyecto urbanístico falangista donde las sedes o «Casas de la Falange», a modo de Templos del Nuevo Orden, eran concebidos como los centros espirituales de dicha ciudad. Sin duda, el primer franquismo (1936-59), antes del desarrollismo tecnocrático, estaba inspirado desde el punto de vista arquitectónico en el citado modelo, calificado de manera peyorativa por algún imbécil de «imperial» y «colosalista»-. Álvaro, sin embargo, se encaminó hacia el tradicionalismo carlista y durante la Cruzada luchó en un Tercio del Requeté, aunque con posterioridad creía, al contrario de otros carlistas, más en la «legitimidad de ejercicio» que en la «legitimidad de orígen», hasta llegar a no rechazar del todo, al igual que el gran Fernández de la Mora, la idea de una República Presidencialista -equivalente a un Monarcato sin realeza-, al comprobar la degeneración y plebeyización de las dinastías europeas que quedaban (de hecho y por idénticos motivos, Blas Piñar afirma en su libro de 1979 «¿Hacia la III República?» conocer a varios carlistas de la época que ya abogaban por una «República tradicionalista» o de una «República bicolor»).

Álvaro D’Ors, además de fascinado por los clásicos griegos y romanos, sintió una gran admiración por la corriente de pensamiento alemana «Revolución Conservadora», principalmente por Carl Schmitt al que dedicó su libro «De la Guerra y la Paz» en el año 1954. Ya hemos dicho en alguna ocasión que la filosofía regeneracionista de finales del siglo XIX y primer cuarto del siglo XX, al igual que la corriente de pensamiento fundada y liderada por el gran Ramiro de Maeztu, «Acción Española» a partir de 1931 -de la que emanaría con posterioridad la famosa y non-nata «Generación del 48» a la que pertenecía Álvaro, entre otros-, ambas corrientes, repetimos, son una versión hispánica de lo que se denominó en otros lugares de Europa «Revolución Conservadora». Una revolución elitista y aristocrática en contra de los valores plebeyos de la Revolución Francesa -y de la norteamericana que la antecedió- y de la subversión moderna.

Álvaro, que sentía una gran admiración por el Franco-Militar, fue crítico, sin embargo, por el Franco-Político, sobre todo por no respetar los fueros regionales, aunque reconoce que su «centralismo» -desde luego más moderado que el de la basura borbónica que le precedió- quizás fue impuesto por las circunstancias. De hecho, respetó los fueros de Navarra y Álava y a punto estuvo de hacerlo con los de Vizcaya y Guipúzcua y de Cataluña de no ser por la presión de los militares, pero también -como señalan los historiadores Pío Moa y Vaca de Osma- de la traición de los separatistas. Álvaro D’Ors, opinaba que la España de Franco también perdió la II Guerra Mundial al igual que el resto de Europa, y aún sin haber participado directamente en ella, ya que los vencedores de aquella fueron sus enemigos metafísicos -de España y de Europa toda-: el Comunismo y el Capitalismo. Las consecuencias funestas para Europa que tuvo la tristemente célebre «Conferencia de Postdam» de los «tres grandes» -y antieuropeos: EEUU, Inglaterra y URSS-, en lo que respecta a España, fue ejecutada con 30 años de retraso. El Borbón y sus secuaces se encargarían a partir de 1975 de ejecutar aquella sentencia de muerte contra la España de Franco, para acabar convirtiéndonos en un país de dóciles autómatas y de consumidores chiflados.

El libro del cual extraeremos un párrafo muy interesante, «La violencia y el Orden», está escrito en 1986, es decir antes de la caída de la URSS y del Bloque comunista. En dicho libro, coincidiendo con el Maestro Julius Evola, Álvaro dice que tanto el Capitalismo como el Comunismo, los dos modelos de globalización que entonces pugnaban por triunfar plenamente en el mundo mediante aquella mascarada diabólica que fue la «Guerra Fría», eran además de intrínsecamente perversos por igual, metafísicamente iguales desde el punto de vista materialista. Es más, Álvaro estima como mucho más peligroso el Capitalismo, ya que con la derivación de este último hacia el Consumismo puro y duro (el «Quinto Estado» del que hablaba Julius Évola, es decir, el reino de los parias, de los que carecen de Tradición y de Raza verdadera, de la plebe, la civilización sin rostro), crea seres pervertidos y sin alma. Si el comunismo, con su brutalidad característica, creaba mártires, el Capitalismo, dado su forma sibilina de actuar y el embotamiento de los sentidos y a la imbecilidad a la que conduce, crea auténticos demonios, seres corrompidos enemigos de todo tipo de espiritualidad y dominados por la maldad. Para el gran Álvaro, la Política (con mayúscula), al igual que para José Antonio Primo de Rivera -por el que sentía una gran admiración- como para la gran mayoría -por no decir todos- de pensadores de la Derecha tradicional y metapolítica, la Política, repito, era Teología, Mística y Poesía. Servicio y Sacrificio. Dan náuseas sólo pensar en qué ha terminado convirtiéndose para la plebe la política (en este caso, con minúscula). A continuación el texto premonitorio que todos los verdaderos europeístas deseamos que acabe cumpliéndose para el bien de la Patria de nuestros ancestros -Europa- y para mal de esa pseudo-civilización maldita, caricaturesca, mezcla de infantilismo y senilidad, que es la americana.

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!! ¡¡¡ARRIBA EUROPA!!!.

POR LA TERCERA ROMA: ¡¡¡SALUD Y VICTORIA!!!.

«Es evidente que en el hemisferio del Consumismo la vida es más llevadera, y no deja de haber aquí cierto aire de libertad, aunque las elecciones suelen estar muy condicionadas por la seducción de las masas, que ha alcanzado una perfección técnica irresistible, y que esta apariencia de libertad falta en el hemisferio comunista. Pero no es menos cierto que el deterioro humano del Consumismo, al ser más placentero e insensible, resulta por ello mismo mucho más letal que la brutal disciplina del Comunismo. Éste, por lo menos, puede hacer mártires, en tanto que el Consumismo no hace más que herejes y pervertidos (algo parecido dijo Évola en su «Cabalgar el Tigre», apuntamos nosotros).

HAY TODAVIA UNA VENTAJA EN EL ESTE que no suele tenerse en cuenta, pero que me parece muy importante: el Este no sufrió la corrupción protestante, de suerte que, bajo la larva marxista, se esconde todavía un cristianismo, aunque pueda ser cismático, menos contaminado que el del Oeste, corrompido por la Reforma Protestante. Si algún día esa larva marxista pudiera ser eliminada, quizás sería del Este de donde otra vez habría que esperar la Luz: ¡Ex Oriente Lux!. Y bajo el quizá Mito de Moscovia como LA TERCERA ROMA no sabemos si no late todavía una verdad misteriosa que el futuro nos pueda desvelar. Pero el futuro sólo es de Dios, y los hombres no podemos predecirlo sin una gracia especial para ello.

En definitiva, puede haber una guerra mundial o puede ésta no ser necesaria, pero, en todo caso, ese NUEVO ORDEN sólo puede venir por la «violencia de Dios», la theou bía que decían los griegos… Las victorias implican siempre violencia: PARA UN NUEVO ORDEN, UNA NUEVA VIOLENCIA».

«La Violencia y el Orden». Tratado de Teología Política, 1986. Álvaro D’Ors.


4 comentarios so far
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Sencillamente estupendo. Valga para romper todo fatalismo y/o mesianismo demasiado optimista que abunda ya en exceso con etiquetas de ‘tradicional’. La pasividad es nula para autoanularse, se requiere destrucción activa. Ha de volver la lanza que, tan bien como daba la vida, la quitaba.
¡Por la Roma que impera más allá de los ciclos y las revoluciones del Sol!

Comentarios por Indra

Algunas frases de Domingo Faustino Sarmiento.
En el banquete que, pocos días antes de asumir la presidencia de la Nación (1868), le ofreció la masonería argentina:
“Llamado por el voto de los pueblos a desempeñar la primera magistratura de una Republica que es por mayoría del culto católico, necesito tranquilizar a los timoratos que ven en nuestra institución, una amenaza a las creencias religiosas”.
“No debo disimular que S.S., el Sumo Pontífice, se ha pronunciado en contra de esta sociedad. Con el debido respeto a las opiniones del Jefe de la Iglesia, debo hacer ciertas salvedades para tranquilizar los espíritus.
“El Syllabus se declara abiertamente contra la libertad de conciencia y la libertad del pensamiento humano.
“Pero el que redacto el Syllabus se guardo muy bien de excomulgar de la comunidad católica a las naciones cuyas instituciones están fundadas en la libertad del pensamiento humano por miedo de quedarse solo en el mundo con el Syllabus en la mano.
“Por lo que a nosotros respecta, tenemos por fortuna el Patronato de las Iglesias de America, que hace al Jefe de Estado, tutor, curador y defensor de los cristianos que están bajo el imperio de nuestras leyes, contra toda institución que no este de acuerdo con nuestras instituciones”.
“El presidente de la Republica debe ser por la Constitución, católico, apostólico, romano, como el rey de Inglaterra debe ser un protestante cristiano anglicano”. (ya no mas segun la Constitucion de 1994)
“Este requisito impone a ambos gobiernos sostener el culto respectivo y proceder realmente para favorecerlo en todos sus legítimos objetos. Este será un deber y lo llenare cumplidamente.
“Un hombre publico no lleva al gobierno sus propias y privadas convicciones para hacerlas ley y reglas del Estado…”
“Mas este deber no va hasta desfavorecer, contrariar, perseguir otras convicciones”.
En el discurso pronunciado al asumir el cargo de Gran Maestre de la masonería argentina (1882):
“Las religiones que parecían destinadas a ser el vinculo de unión entre todos los hombres hijos de un mismo Dios, han degenerado en la manzana de la discordia, y llegaron hasta encender hogueras, creyéndose los sacerdotes de cada culto poseedores de la verdad única y los verdugos ejecutantes de las altas obras de un Dios de Misericordia.
En “El Diario” con motivo de la muerte de Félix Frías (1881):
“Frías deja una escuela y un partido literario religioso político. Ojala que se inspire en el ejemplo de su fundador argentino, y sus miembros cultiven las virtudes que les dejo por modelo y herencia. El estilo católico ultramontano contundente que abre tajos y hace heridas no es de Frías sino de Veuillot”.
“Veuillot ha creado también la escuelas de las piadosas injurias y de las santas calumnias “ad majoren gloriam Dei”.
“La mayor gloria de Dios, ténganlo presentes los fanáticos restauradores, son los Estados Unidos, la Inglaterra, Alemania y Norte de Europa, donde no dominan sus ideas exclusivas; pero que son prodigiosamente ricos los unos, eminentemente libres los otros, sabios profundos sus pensadores y altamente morales sus pueblos que se cuentan como los granos de la arena del mar”.
En un articulo titulado “Seducción y engaño”:
“Moral católica es frase que el mundo no conoce. Hay solo moral cristiana y esa es común a toda la cristiandad. Excluir a protestantes de las escuelas en nombre de la moral cristiana es buena redacción para gente que poco pesa las palabras.”

Comentarios por Lauter

Es curioso, pero las conclusiones de Álvaro D´ors en este punto parecen las mismas que las de Jean Cau en «El Caballero, la Muerte y el Diablo».

Me ha llamado la atención esa coincidencia en dos autores tan distintos y parece que sin relación.

Comentarios por Víctor

No fueron los únicos que expusieron dicha teoría. Recuerdo una obra menor de León Degregelle de mediados los años 80 -creo que se titulaba «Nuestra Europa»- en la cual nos venía a decir más o menos lo mismo. Julius Évola mismo opinaba que era infinitamente más perverso el americanismo -ideología proto-típica de la modernidad- que el sovietismo, ya que mientras éste último atentaba contra el cuerpo, el primero, mucho más sibilino, sutil y demoníaco, atentaba contra el alma y el espíritu. Lo curioso de todo esto es que estas teorías aparecieron en plena Era Soviética y bastante antes de que cayera el Muro de Berlín, cuando la siempre rastrera y despreciable «derecha» liberal y burguesa o demócrata-cristiana, que para el caso es lo mismo, zarandeaba constantemente el fantasma del «peligro rojo» y de la presunta «invasión soviética» del Occidente liberal y capitalista, mientras ellos mantenían su odiosa dictadura liberal-capitalista-consumista y su totalitarismo burgués camuflado de «democracia». Al caer el Bloque soviético, el «Nuevo Orden Mundial» resultante no ha hecho nada más que sintetizar lo peor y más tenebroso de ambos sistemas y modelos de globalización: El Tercer Estado y el Cuarto Estado, es decir, el burgués y el proletario, y de cuya síntesis ha surgido el extremo máximo y diabólico -y ya terminal- de degradación: El Quinto Estado, es decir, la Era de los parias y de los esclavos, de aquellos que carecen de Tradición y de Raza verdaderas (y no hablamos sólo en términos biológicos). El Reino de la sub-humanidad.

Comentarios por Janus Montsalvat




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